Defensora de boya: una profesión de alto riesgo
Ortiz, Bach y Espar explican cómo es la posición más dura del waterpolo, a la espera de medirse a China el sábado y asegurarse la segunda plaza.


No es muy alentador dedicarte al waterpolo, pesar alrededor de 65 kilogramos y tener que defender en cada partido a cuerpos preparados para la guerra, de más de 1,85 metros y de al menos 100 kilogramos de peso. Todas las condiciones físicas del deporte se reúnen en estos combates debajo del agua y en la superficie, donde la fuerza y la resistencia chocan con la velocidad y la agilidad.
Marta Bach, Mati Ortiz y Clara Espar desarrollan en la Selección una profesión de alto riesgo. Ellas son las defensoras de boya. “Es la posición más dura. Siempre le digo a la gente que no entiende mucho de waterpolo que es lo que hacía Puyol en el Barcelona, el trabajo sucio de defender y pegarte con todos. A veces no se ve lo que hacemos. Tenemos que matarnos en defensa y en ataque nuestra misión es complementar a las que tiene que lanzar”, comenta Bach, que esta temporada ha participado activamente en los éxitos del La Sirena Mataró.
Para poder parar la determinación de las boyas, la pieza clave en los partidos de waterpolo con tal de generar exclusiones o de facilitar el lanzamiento de las exteriores, sus defensoras tienen que dominar otros aspectos del juego. “La agilidad es la clave. No podemos ser más fuertes que ella, pero sí más ágiles, y tenemos que estar siempre bien colocadas. La velocidad y la resistencia son determinantes. También es importante salir al contraataque y llevar la boya hasta dos metros para cansarla”, añade Clara Espar, que vive sus primeros Juegos “ilusionada”, después de “vivir los de Londres en la grada. Me dieron ganas de saltar al agua, y tenía claro que tenía que llegar a Río”.
Estas batalas dan para tantos goles como anécdotas, momentos para el recuerdo de un deporte que se asemeja en ocasiones la lucha. “Los momentos más duros a nivel olímpico fueron contra Estados Unidos. Las boyas son fuertísimas. Le llamamos gemelos por las piernas que tiene. Con el CN Sabadell recuerdo un partido ante el Olympiakos en la Euroliga, no fue un partido sino una batalla de boxeo. Me concentré y por orgullo me dije: 'Esta no puede meter más goles”, explicó.
Después de la primera derrota ante Estados Unidos y de ganar a Hungría, la Selección afrontará este sábado ante China el último partido de grupo con el objetivo de afianzarse en la segunda posición del grupo (14:00). “Tenemos ganas de llegar al oro”, advierte Ortiz. Y Bach tiene claro que “la final contra Estados Unidos sería un espectáculo. Si llegamos, será otra historia”.