SEVILLA

Navas y Banega, Puerta y Reyes: el abrazo que resume al Sevilla

El 16 y el 10 se fundieron tras llegar a otra final europea. Dos dorsales míticos y el símbolo de la reconversión de un club que ha sufrido y disfrutado muchísimo estos 14 años.

Navas y Banega, fundidos en un abrazo.
SFC / Alex Cobreti
José A. Espina
Jefe de Sección de Diario AS en Andalucía. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla. Pegando teclazos desde 1998, durante toda una década en Madrid (2000-2010). Sevilla, Betis, Selección española y lo que se ponga por delante. Loco por el fútbol, guarda un poco de esa pasión para su otro deporte favorito, el tenis.
Actualizado a

Emoción, emociones desatadas con el final de la semifinal en Colonia. Jesús Navas rompió a llorar de alegría, desconsolado. Le jalearon sus compañeros en el vestuario, le consoló el brasileño Fernando, que en unos meses ha ganado hechuras y ascendencia de capitán. Le compadeció, en la alegría y tal vez en algunos recuerdos más amargos, Éver Banega, que está regalando momentos sublimes en estos sus últimos días como sevillista, antes de marcharse a Arabia Saudi.

Noticias relacionadas

Casta, coraje, esfuerzo, fútbol de muchos quilates en una sola foto. La imagen de Jesús y Éver fundidos en un abrazo sobre la hierba del RheinEnergieStadion simboliza el corazón repleto de pasiones que ha latido en el sevillismo durante unos vertiginosos 14 años. Navas viste el 16 de Antonio Puerta y Banega, el 10 de José Antonio Reyes. El fallecimiento de los dos talentosos canteranos fue el tristísimo contrapunto a una epopeya futbolística que ha cambiado la historia del Sevilla en ese suspiro vital durante el que no han llegado a transcurrir ni siquiera tres lustros.

14 años de títulos (va a por el décimo, el viernes), de finales (seis de Europa League, seis Supercopas continentales, cuatro de Copa, cuatro Supercopas nacionales...); de altibajos institucionales, con José María del Nido como ideólogo antes de caer a los infiernos por culpa de la justicia, con José Castro después y ahora como tranquilo presidente de la transición. Con Monchi camino de Roma y de vuelta ahora a su casa para volver a llenar de ilusión el Sánchez Pizjuán.

14 años de ambición sin fin que han transformado un club mediocre en uno grande a todas luces, al que ya conocen y temen en Europa, que va a jugar en este siglo tantas finales continentales como cualquier otro equipo español, 12. Puerta y Reyes, seguro, se dieron también un abrazo sonriendo y llorando de felicidad, mientras pasean con orgullo su sevillismo en ese lugar en el que estén juntos.

Etiquetado en:

Te recomendamos en Europa League