Una familia compra comida para su vuelo, se ven obligados a dejarla en el restaurante al recibir un aviso de la aerolínea y el desenlace es para enmarcar
La familia no esperó el gran gesto de uno de los agentes, que le llevó la comida al avión directamente.

Los viajes en avión no son algo fácil para muchas personas, y es que hay en algunos en los que, por su duración, es bueno llevar un pequeño snack o tentempié para ‘matar el gusanillo’, o directamente disfrutar de él en el aeropuerto.
Eso es lo que pensó una familia, que tuvo que hacer frente a una situación que luego no dudó en relatar en el foro de Reddit. Concretamente, la usuaria Miscellaneousthinker, se refirió al vuelo de Frontier Airlines que iba de Cancún a Miami, y en el que una mujer iba junto a su marido, su hijo pequeño, y sus padres.
El avión tenía previsto despegar a las 14:31 horas, y el embarque estaba ordenado para las 13:46 horas, y esta familia se decidió a entrar en un duty-free a un minuto escaso de la última llamada para embarcar, provocando la histeria del anciano al escuchar que un agente en la puerta estaba insistiendo en que las puertas estaban a punto de cerrarse.
Ello llevó a todos a salir corriendo a la puerta de embarque, aunque otro agente les dijo que podían estar hasta las 14:16 horas para embarcar, y con las mismas se decantaron por ir a un Johnny Rockets para pedir unas hamburguesas con patatas fritas por valor de 85 dólares.
Una situación que cambió en escasos minutos, cuando el marido les llamó para informarle de que otro agente estaba, de nuevo, insistiendo en que tenían que estar en la puerta de embarque porque se iban a cerrar.
Por riesgo a perder el vuelo, dejaron el pedido y corrieron: “Da igual, no voy a perder el vuelo, así que abandono el pedido y vuelvo a la puerta antes incluso de colgar”.
En ese momento, la joven que denuncia la situación explica también que se plantea varios escenarios: “Lo que deduzco de la escena es que: a) el primer tipo se equivocó y las puertas se cerraban a las 14:11 horas, pero lo más importante es que b) hay un agente específico en la puerta de embarque que, por alguna razón, sigue tratando insistente y groseramente de meter prisa a la gente para que suba, y está creando agravantes para los otros agentes (uno de los cuales era una señora muy cortés) con pasajeros confundidos como nosotros”.
“Estoy visiblemente irritada por todas estas idas y venidas. Podríamos haberlo conseguido todo y haber terminado ya de no ser por las primeras prisas, pero a estas alturas ya es demasiado tarde para ir a coger el pedido”, ha añadido.
Un mensaje que le llevó a escribir un mensaje en el que decía que se había gastado 85 dólares en la comida, y que podían llevársela: “Alguien debería disfrutarla”.
Pero, en ese momento, ocurrió lo inimaginable, y es que un problema de mantenimiento en un aseo había retrasado el vuelo en más de una hora.
Y en medio de la incertidumbre, un agente accedió al avión con una bolsa llena de hamburguesas y patatas fritas de Johnny Rockets: “No esperaba algo así de ninguna compañía aérea. Y la pura humanidad y amabilidad de este agente para salir de su camino era nada menos que increíble”.
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