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Una experta en protocolo pide dejar de hacer este gesto con las bebidas pero da permiso para practicarlo en la intimidad

Desde ‘Protocolo y Etiqueta’ señalan una costumbre muy extendida en los hogares españoles que causa un gran perjuicio sobre la imagen de quien la repite en ambientes formales.

Una experta en protocolo pide dejar de hacer este gesto con las bebidas pero da permiso para practicarlo en la intimidad
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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La vida está llena de placeres camuflados de inocentes caprichos y que, según la circunstancia, pueden repercutir de manera muy negativa a la imagen de aquel que cae en la tentación. Desde la manzana bíblica hasta las galletas con el café que uno intuye cuando, al despertar de una siesta, todavía se debate entre existir o seguir durmiendo. Lo cierto es que el mundo se debe visionar diferente desde el punto de vista protocolario, que es el que trata de explicar ‘Protocolo y Etiqueta’ a sus más de 230.000 seguidores en TikTok con cada publicación.

En un vídeo del pasado mes de enero trató un asunto no demasiado comentado pero muy estricto en lo que a la norma respecta. “¿Sabías que mojar sólidos en líquidos es un pecado de la etiqueta?”, pronunciaba al inicio del mismo, extendiendo este error a “incluso una inocente galletita sumergida en su café preferido”. Hay verdaderamente pocas excepciones a este resquicio del reglamento intuido: “En el protocolo y etiqueta, mojar los sólidos, como pueden ser el pan o las galletas dentro de los líquidos puede considerarse inapropiados en ambientes formales”.

No tardaba en detallar el motivo. “Porque prácticamente todo el líquido se llena de migas, manchas y da un aspecto de poca pulcritud”, explica, comprendiendo que, si no se encuentra el en una situación que exija un mínimo de protocolo, puede hacer lo que le venga en gana con su galleta y su café: “Claro que si está en su casa o en su intimidad, puede dar rienda suelta a estos pequeños caprichos”.

En un mensaje final encapsulaba toda la explicación argumentando que, en ocasiones, es mejor privarse de un pequeño placer en sacrificio por una correcta apariencia. “Ojo, en una cena elegante o en una reunión de trabajo, mejor abstenerse”, resuelve, sentenciando con la máxima del sector que aplica a estas circunstancias: “La clave del buen protocolo es mantener los sólidos secos y las bebidas limpias; y su reputación lo agradecerá”.

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La explicación no caló en la mayoría de s que se manifestó a través de la caja de comentarios. “Pues yo desayuno todos los días sin etiqueta ninguna y además lo hago en pijama”, dice uno de los s, a lo que otro eleva la duda a un escenario más complejo: “¿Y los cereales?”.

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