Ponen a la venta la casa de ‘Breaking Bad’ por una molesta razón: este es el precio para vivir como Walter White
El inmueble pertenecía desde 1973 a la familia Quintana, pero los hijos de los propietarios originales, ante la deriva de acontecimientos, han decidido “seguir adelante” y venderla.
Corría el año 2008 cuando el mundo conoció el drama de Walter White (Bryan Cranston). La historia del profesor de química que vio la muerte en el horizonte —le fue diagnosticado un cáncer de pulmón inoperable— y apostó por el cocinado y la venta de metanfetamina junto a un exalumno, Jesse Pinkman, para garantizar el futuro económico de su familia llamó pronto la atención de los telespectadores. Un lustro después concluyó y la crítica no pudo sino observar cómo la palma de sus manos enrojecía por el fuerte aplauso que la producción ocasionó.
Pocos se atreven a rebatir a día de hoy que Breaking Bad es una de las mejores series de la historia, por lo menos en lo que a la opinión generalizada de seguidores y crítica respecta. Muchos de los elementos que componen el universo del western contemporáneo que Vince Gilligan creó han pasado a formar parte de la cultura popular, desde las letras con las que se anuncia el nombre de la serie al principio de cada episodio hasta el logotipo del restaurante de comida rápida Los Pollos Hermanos y pasando, de manera inevitable, por la mítica casa del protagonista de la ficción.
El hogar de Walter White, sitio que a muchos les cuesta imaginar sin una pizza en el tejado, existe y se ubica en el mismo lugar en el que la serie acontece: Albuquerque (Nuevo México). El inmueble está a la venta por la friolera de cuatro millones de dólares, lo que supone un incremento de once veces su valor original (unos 340.000 que, en comparación con la cifra actual, se antojan hasta baratos).
Este sitio, templo de absoluto culto para los seguidores de la serie, pertenece a la familia Quintana desde 1973. Allí crecieron Joanne y sus hermano; tras la muerte de sus padres y la cada vez más intensa llegada de fanáticos —llegaron a instalar una valla metálica para que no lanzasen pizzas al tejado y cámaras de seguridad para que no se colaran en el jardín—, han decidido ponerla a la venta. “Era tiempo de seguir adelante”, confesó Joanne a los medios, rememorando el día en el que su madre aceptó que se grabase el episodio piloto de un Breaking Bad embrión.
El posible futuro de la casa
Más allá de la mera adquisición de un particular para residir en el inmueble, el destino de la casa podría transitar otros cauces más rentables que satisfagan a todas las partes implicadas en la incontestable escalada mediática del lugar (es decir, a los fanáticos y a los propietarios). Entre ellas, según reconoce David Christensen, de la inmobiliaria encargada de la operación, eXp Luxury, la creación de una casa-museo.
La propia oferta es un guiño a no dejar pasar la oportunidad de emplear el sitio en un atractivo turístico. “Un pedazo de historia de la cultura pop”, se lee a modo de descripción en la página web donde se vende. Y no les falta razón.
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