Negging: esta es la nueva tendencia en las relaciones que hace temblar la autoestima de los solteros
El ‘negative compliment’ viene a ser una forma de manipulación a base de menospreciar a la pareja con comentarios que la hacen de menos.
Las relaciones entre parejas cada vez van evolucionando hacia tendencias de todo tipo pretendiéndose alejar de los romances monógamos convencionales. Así, surgen conceptos como el toliamor, el modelo ‘DADT’ o las ‘OWC’, parejas que solo ejercen como tal los fines de semana.
En este contexto, aunque implicando intrínsecamente un romance ciertamente tóxico y basado en la manipulación, aparece un concepto, el ‘Negging’, que cada vez está más de moda en las relaciones. Acrónimo de ‘negative compliment’, el ‘Negging’ viene a ser una forma de llamar la atención de la pareja a partir de cumplidos negativos.
El Diccionario de Cambridge lo define de la siguiente manera: “Es la práctica de hacer comentarios negativos o ligeramente insultantes a alguien que resulta atractivo para que se interese en uno”. De esa manera, la persona aludida siente una especie de necesidad en demostrar que lo que se dice no es verdad o, en otra reacción típica, demostrar que está a la altura de la persona que insulta.
Ejemplos de este tipo hay miles. Desde comparar a la persona con parejas anteriores (“Mi ex tenía un cuerpazo”) hasta hacer bromas para mosquear (“Eres un partidazo. Qué pena que nadie se haya dado cuenta todavía”) pasando por comentarios directamente feos como “No suelo salir con gente como tú” o “Nunca invito a mi pareja a cenar, pero contigo voy a hacer una excepción”.
Un comportamiento que deja secuelas
Aunque en los últimos años el ‘Negging’ está cobrando cada vez más fuerza, lo cierto es que esta forma de intentar conquistar a otras personas ya fue mencionada en los años 90 por el escritor canadiense Erik von Markovik. En su caso, la idea era conquistar a mujeres “excepcionalmente guapas y acostumbradas a los piropos” rebajando su autoestima y destruyendo su confianza para hacer valerse él.
Habitualmente las mujeres son las víctimas de esta tendencia, mientras que los hombres son los que la aplican, pues originalmente nació sin contemplarse que pudiera ser al revés. Por ello, es una forma más de violencia machista que, como otras, deja secuelas en sus víctimas que son mayores cuanto más se repitan.
La principal es la falta de autoestima, tal y como expone el estudio publicado por la Escuela de Negocios de Harvard ‘Cumplidos ambiguos: cómo las comparaciones negativas socavan los halagos’. “Los cumplidos con doble filo disminuyen la motivación de quienes los reciben”, expone. Y, aunque a corto plazo puedan hacer que se incremente el interés por la persona que los emite, a largo plazo se crea una emoción negativa y una sensación de inferioridad que no es más que una forma de violencia.
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