La entrevista más difícil de Risto Mejide: “En cuanto estuvimos en la misma habitación, todo cambió”
El presentador charló en ‘Viajando con Chester’ con Laia Grassi, su pareja, en una conversación donde la Inteligencia Artificial pasó a un segundo plano.
La última entrega de ‘Viajando con Chester’ tuvo dos invitados de postín. Uno fue Antonio Orozco, quien años más tarde decidió por fin aceptar ser entrevistado por Risto Mejide. Sin haberse cruzado mucho, existía cierta rencilla entre ellos por el trato que el publicista le había dado a Pablo López durante su concurso en ‘Operación Triunfo’.
La otra entrevistada implicaba un antes y un después en la historia del formato. Laia Grassi, especialista en Inteligencia Artificial, había generado mucha atención en la previa al tratarse de la pareja de Risto Mejide, lo que permitiría ver al catalán en una faceta personal totalmente inexplorada y muy alejada de su frialdad característica.
“Mira que he hecho Chesters, pero este es complicado. Yo lo que haría sería quitarme de encima el elefante de la habitación y contarle, también por un ejercicio de transparencia, a todos los espectadores del ‘Chester’ cómo hemos llegado tú y yo aquí y por qué estás tú aquí”, le espetó a Grassi.
La idea surgió antes de que los dos fueran pareja. De hecho, su relación nace en cierta medida durante el proceso de preproducción de la entrevista. “El equipo del programa decidió que fueras tú quien viniera, pero yo en ese momento dije que tú no eras la persona que estábamos buscando. Intuía que, si tú y yo nos sentábamos en un sofá, no sé qué podía pasar por mi cabeza y pensé que mejor fuera líos”, agregó Mejide.
No obstante, el equipo del programa siguió adelante con su o. “Cuando me enteré quedamos para tomar un café, luego para comer... Coincidimos en Barcelona para cenar y ahí pasó lo que me imaginaba que pasaría. Salí absolutamente flasheado”, confesó Mejide. La historia desde el punto de vista de Grassi tampoco fue muyy distinta. “Me llamaste mucho la atención en cuanto supe de ti por lo que estabas haciendo y cómo estabas cambiando las cosas en el mundo de la comunicación. Cuando hablamos de tomar un café sabía que iba a salir algo, pero no sabía el qué”.
Así las cosas, Grassi tampoco esperaba “lo que ha salido, la verdad”. Al parecer, según hablan los dos, su sintonía debió ser más o menos inmediata. “En cuanto estuvimos los dos en la misma habitación todo cambió. Y todo ha cambiado y sigue cambiando”, zanjó Grassi.
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