Un colaborador de ‘La Revuelta’, invitado en ‘El Hormiguero’: “Me rompí tres costillas”
Antonio Resines recordó en el formato de Antena 3 la primera y última vez que fue a pescar, la lesión que sufrió y cómo fue evacuado en ambulancia.
Hay pocos rostros en España más asociados en el imaginario colectivo a la pequeña pantalla que el de Antonio Resines. El intérprete cántabro de 70 años, ganador de un Goya a Mejor Actor Protagonista en 1997 y amplia (y mundialmente, debido a la televisión en línea del este de Europa) conocido por su papel de Diego Serrano en Los Serrano, es toda una leyenda del séptimo arte patrio que, de vez en cuando, se deja caer por algún plató para hablar, con el tono desvergonzado que le caracteriza, de aquello que le va en gana.
Con dicha estela ha visitado este miércoles El Hormiguero para presentar Mikaela, su nueva película. Pablo Motos le ha sometido a un agradable interrogatorio cargado de pequeñas pullas amistosas que el actor ha devuelto con ingenio para desatar la risa del público. En uno de estos vaivenes, originado por una pregunta del de Requena, ha recordado la ocasión en la que fue a pescar. Fue la primera y también la última.
“Fui a pescar con un amigo mío, Jesús. Yo no tenía ni idea de cómo se pesca”, ha confesado, relatando cómo colocaron las cañas y esperaron a que el movimiento de estas delatase la aparición de algún animal. “Un pez picó, me emocioné y salí a cogerlo”, ha expresado, sucediéndose una cantidad de verbos en su boca cuyo desenlace fue catastrófico: “Agarré la caña, se rompió, me caí y me rompí tres costillas”
De allí, dice, tuvo que ser sacado “en ambulancia”. Y desde entonces no ha vuelto a pescar. “No imaginaba que esa caña, que tenía un aspecto sólido, se podía romper”, trata de hacer entender a Motos el origen de su aparatoso accidente. Entonces Trancas tuvo un arrebato de ingenio. “¿Era un besugo?”, preguntó la hormiga de peluche, a lo que el de Torrelavega sonrió, captando el doble sentido: “Era un besugo, sí”.
El golpe de suerte que catapultó su carrera
El intérprete también ha recordado el “golpe de suerte” que le aupó a la primera línea actoral. Fue la pregunta del conductor del espacio, que quería saber de qué película haría una continuación, la que desencadenó su reflexión. “Ópera prima porque es la base de toda la historia. Si no hubiera funcionado, yo no estaría aquí. Para mí y para mucha gente. Como funcionó muy bien, creó una pequeña escuela”, explicó.
Fue en su época universitaria. “Estábamos en la facultad, en ciencias de la información”, rememora. Entonces le llegó esta oportunidad y, aunque hacía un papel secundario, ganó mucho prestigio. “Fue un golpe de suerte porque estuvo a punto de no funcionar. Las primeras semanas no iba nadie y nosotros no habíamos hecho ninguna película”.
Con el paso de los años, ya consagrado como actor, volvió a la misma facultad y el recuerdo de aquel tiempo le dio un bofetón: “Un compañero mío me dijo: ‘No entiendo cómo has llegado donde has llegado’. Debía ser el más tonto de toda la clase”.
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