Las desfasadas fiestas de Daniel Sancho y Edwin Arrieta en Ibiza: “LSD y una bronca monumental”
El paparazzi Sergio Garrido arroja nuevos detales sobre la vida de lujo que llevaban el hijo de Rodolfo Sancho y el cirujano colombiano antes del crimen.
A sus 31 años, Daniel Sancho pasa sus días recluido en la prisión tailandesa de Surat Thani después de recibir cadena perpetua por el asesinato y desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Un macabro crimen que tuvo lugar en agosto de 2023, cuando ambos viajaron hasta el país asiático para pasar unos días de desconexión. La sentencia aún no es firme por lo que el español todavía mantiene la esperanza ya que sus abogados han trabajado intensamente durante los últimos meses en un recurso de apelación, en el que ponen el foco en supuestos errores en la investigación que podrían invalidar la decisión del juez.
El equipo legal contratado por Rodolfo Sancho, y liderado por el reconocido Marcos García-Montes, sigue trabajando en la inocencia del joven, mientras que el abogado de la familia Arrieta se muestra convencido de que este nuevo proceso “no va a ninguna parte”. Es muy difícil que el juez tailandés -cuya identidad sigue siendo todo un misterio- cambie de opinión al haber suficientes pruebas que demostrarían lo ocurrido aquel día en la isla de Koh Phangan.
A la espera de que se resuelva esta cuestión, el popular paparazzi Sergio Garrido da a conocer en Telecinco algunos de los detalles más desconocidos del vínculo entre Daniel Sancho y su víctima. Y es que, según el también colaborador de televisión, el español y el colombiano vivían una vida llena de lujos siendo Ibiza uno de sus destinos favoritos. Es precisamente en la isla balear donde ambos protagonizaron “una bronca monumental”, además de “desfasadas fiestas” donde el LSD era el protagonista.
El descontrol de Daniel Sancho y Edwin Arrieta
Desde Ibiza y para el programa ‘Fiesta’, Sergio Garrido habla sin ningún tipo de tapujo sobre esta cuestión. “Según me informan, durante esos cuatro días desayunaban con LSD, las fiestas eran continuas y todo esto desembocó en una gran bronca monumental que casi acaba con los dos en el agua”, comienza diciendo en el citado espacio del grupo de Fuencarral.
“Después, bajaron a un restaurante a comer, fueron a un supermercado donde únicamente compraron bebidas alcohólicas (...) Apenas compraban comida”, continúa explicando. Una vida llena de derroche y desfase que, según Garrido, pasaban a bordo de un lujoso barco de 20.000 euros a la semana.
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