El sorprendente ídolo de Jesulín de Ubrique
El torero fue el primer protagonista de ‘Camino a casa’, un programa presentado por Albert Espinosa en el que confesó su iración por Arconada.
Jesulín de Ubrique ha sido el primer protagonista de Camino a casa. El formato, presentado por Albert Espinosa en la noche del jueves, consiste en recordar la infancia de los famosos realizando un recorrido físico por algunos de los lugares que marcaron su vida. El torero gaditano, durante una de sus intervenciones, ha contado que de pequeño era portero de fútbol.
“Arconada era mi ídolo”, ha confesado antes de itir que es culé. “Jugaba de portero. Antes de torear mi pasión siempre ha sido el fútbol. Donde yo pasaba más tiempo independientemente de la clase era en las pistas. Era muy buen portero, de lo mejorcito. Si de algo estaba convencido es que si hubiese sido portero hubiese sido de lo mejor que hubiese habido”, ha rememorado.
Casualmente, Espinosa también era un asiduo de los guantes hasta que enfermó de un cáncer que le hizo perder la pierna izquierda. “Yo hubiera sido mejor que Messi. Y como nadie podrá demostrar lo contrario”, ha bromeado.
El sorprendente trabajo de su padre
Otra de las grandes sorpresas durante su estancia en el programa ha sido cuando ha revelado varios de los trabajos que tuvo su padre. Humberto Janeiro, padre también del torero Víctor Janeiro, fue durante un tiempo empresario de artistas conocidos. Rocío Jurado, Manolo Escobar o El Fary pasaron por sus manos durante un tiempo.
¿Por qué te hiciste torero?, Jesulín responde #ElCaminoACasaJesulín pic.twitter.com/PORDnptaMZ
— El Camino a Casa (@ElCaminoACasaTV) May 4, 2023
Sin embargo, los negocios no funcionaron como esperaba y se vio obligado a vender el campo familiar. Fue justo en ese momento cuando Jesuli, como le llamaban de joven, decidió meterse a torero para satisfacer los deseos de su padre y conseguir dinero para poder pagarlo.
Aun así, lo verdaderamente sorprendente fue que en su familia se montaban una tirada de muñecos de ET que salieron a la venta con el éxito de la película. “Mi padre los hacía. Yo le montaba muchos de estos”, recordó mientras jugueteaba con uno de ellos que Espinosa le regaló.
