La reina Serena

Tres días después del emotivo homenaje que Roland Garros brindó a Rafa Nadal, el jurado de los Premios Princesa de Asturias de los Deportes ha otorgado el galardón a otra leyenda del tenis: Serena Williams. La estadounidense forjó una brillante carrera en el circuito femenino en paralelo a ese Big Four que se hizo una foto histórica el pasado domingo en torno a Nadal, con Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray arropando al español en uno de los días más entrañables de su trayectoria. De hecho, Serena tiene la misma edad que Federer, ambos nacieron en 1981. Y protagonizó una longevidad parecida a la que luce el Big Three (aquí no incluyo a Murray). En su caso no tuvo rivalidades tan sonadas como ellos, quizá la más intensa fue con Maria Sharapova, aunque no fue contra la rusa con la que jugó más finales del Grand Slam, sino con su hermana Venus.

Las Williams formaron un icono del deporte que transcendió más allá de su valor deportivo por su condición de afroamericanas. Por encima de su influencia social, o en paralelo a ella, ambas fueron dos campeonas portentosas. En el caso de Serena, quizá la mejor de la historia. La espina que se llevó clavada con su retirada en 2022 fue no poder empatar el récord de 24 títulos individuales de Grand Slams de Margaret Court. Se quedó a una sola victoria, tras perder cuatro finales consecutivas que podían haberle alzado a esa cima. No es peor jugadora por haberse quedado en 23 grandes, uno más que Steffi Graf, pero estas cosas siempre escuecen a los campeones con su estrella.

El Princesa de Asturias es un premio que reconoce a una época dorada del tenis, pero también a una deportista que por su condición de mujer y por sus orígenes sociales es un referente para cualquier generación venidera. Una campeona en el tenis y en la vida. La reina Serena.

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