La Liga no la decide el televoto

Como por suerte la Liga no la decide el televoto, el Barça ha campeonado a lo grande. Para la excelencia absoluta faltó un guiño de la fortuna, un balón que en Milán fue al palo de la meta del Inter en el último minuto y acabó alojado en la portería propia. Me recordó el desenlace del especial Mundial 78 dibujado por Ibáñez. En la final, ya en el descuento, Mortadelo remató con tanto ímpetu tras tomar un elixir del doctor Bacterio que el balón rebotó en el poste y acabó empotrado en la propia meta.

Es de esperar que el año que viene a la fortuna se le añada una dosis de mayor empaque defensivo. Tras el pasillo del Villareal era necesario un estímulo extra para enfrentar la tarde luego de unas jornadas de celebración. A este Barça, como al Madrid de los 80, le hace falta el acicate de las remontadas. Cuando los blancos conquistaron la Copa de la UEFA ante el Colonia tuvieron que esperar a que marcase primero Klaus Allofs. Le metieron cinco.

Este domingo fue preciso que se adelantase el rival para que Lamine se activase, marcase la enésima versión de su tiro combado al palo contrario y se involucrase en el que marcó Fermín. Parecía el inicio de la goleada para cerrar la temporada en casa, pero el rival también tenía premio, la Champions, y eso siempre se acaba notando. Al final, campeonaron los dos.

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