La World Cup está maldita

Acostumbrada a ganar, a saborear en los últimos meses el éxito olímpico cosechado en París 2024, se hace extraño ver las expresiones contrariadas de las jugadoras españolas. Y difícil de digerir que se queden apeadas de una nueva final, del único título que todavía no habían conquistado. Y que tampoco podrán ganar esta vez, en Chengdu (China). La España post-olímpica, que sí se impuso en enero en la Primera División, cae ahora en la Superfinal de la World Cup, ante una Hungría que manejó mucho mejor los tiempos del encuentro y que nunca dejó a las Guerreras del Agua situarse por delante en el marcador. Quedará el consuelo de la lucha por el bronce, el único metal de este torneo que ya tenían.

Entró la Selección comedida en exceso al partido. Igual que había sucedido en los cuartos de final, pero ante un combinado sensiblemente superior a China. Se libraron las de Jordi Valls de la escabechina en el primer cuarto gracias a dos paradas seguidas de Martina Terré al principio y otra mayúscula en los segundos finales en un contragolpe franco. Pero un tiro de Panna Tiba a placer y dos golazos desde lejos de Kamilla Farago pusieron a las magiares muy por delante, lo que únicamente logró revertir Paula Crespí, la MVP de los cuartos de final del viernes, con el 1-3.

Cuatro minutos y 45 segundos había tardado España en convertir su primer gol y hasta el segundo cuarto no llegaría el segundo, y de penalti, transformado por Elena Ruiz. De hecho, tras el 3-3 de Crespí en jugada fusilando a Boglarka Neszmely, llegaron otros dos penaltis: el que anotó Farago y el materializado por Bea Ortiz. Estas dos últimas protagonistas repitieron para alcanzar el 5-5, a medida que se iban centrando más y más las Guerreras del Agua, con una Terré que alcanzó la media parte con nueve paradas, si bien seguían desaprovechando las exclusiones de su rival. Sí lo hizo Dora Leimeter, antes del enésimo penalti, y de la enésima igualada, con Elena Ruiz esta vez como autora.

Del parcial 5-3 para España en el segundo cuarto se pasó en la reanudación a una espesura que solo superaron las húngaras, con una vaselina de Nora Sumegi y con la quinta diana de Farago, en jugadora de más. Mientras, la Selección se seguía estrellando en cada una de sus superioridades, cero de siete llevaba, cuando al fin Paula Camus acertó a lanzar entre los tres palos, anotando dos goles seguidos, el segundo todo corazón, para el 8-8 a falta del último periodo.

Pero la ceremonia de la confusión no se dio por acabada en el tramo decisivo, en que Neszmely atajaba balones con excesiva facilidad, mientras que Hungría seguía encontrando las grietas para avanzarse mediante un contraataque de Vanda Valyi y para encontrar a una escorada Leimeter que, con un rebote a su favor, situó dos goles de distancia cuando quedaban tres minutos. Pero no hubo nada que hacer. Un tiro desviado de Bea Ortiz y otro de Elena Ruiz que fue objeto de un bloqueo acabaron con las esperanzas de alcanzar la primera World Cup.

Segundo oro de Hungría o primero de Grecia

No se podrá repetir la final de enero en Primera División, cuando derrotó España a Grecia, ya que las helenas sí se han metido en la Superfinal de este domingo en Chengdu (China), tras remontar en la segunda mitad de las semifinales a Holanda (15-13), pero las españolas no han podido completar los deberes.

Será, pase lo que pase, la primera medalla griega en una World Cup, mientras que Hungría está en posición de reeditar el único título que ha cosechado en su historia, hace 23 años en Perth (Australia). Y España, mientras tanto, se jugará el bronce con Holanda, a las 08:30 (hora peninsular española).

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