Sabadell y Sant Andreu conquistan El Pireo y la Champions

Primero fue el Club Natació Sabadell, que con una majestuosa Simone van de Kraats supo salir del infierno de El Pireo ante Olympiacos (13-15) para tocar con la yema de los dedos el que sería su tercer título de Champions consecutivo, el octavo en total, igualando a Orizzonte Catania como el que más tiene en la historia. Y, hablando de historia, el que ya ha trazado la suya particular es un Club Natació Sant Andreu que con su triunfo ante el Ferencvaros (10-7) con un póquer de Queralt Antón accedió acto seguido a la final de este sábado (17:30 horas, Esport3 y EuroAquatics TV), la primera que disputarán, tras alcanzar dos finales a cuatro seguidas. Habrá campeón catalán, español, en la segunda final con dos equipos de un mismo país, tras el Sabadell-Mataró (9-8) de hace tan solo dos años.

Más electricidad de la que hubo el lunes en toda la península desprendió el encuentro desde su primer instante, en un esprint ganado por Rita Keszthely en su búsqueda de la primera Champions, y la grada activándose en modo locura. En modo El Pireo, básicamente, haciendo realidad lo que Paula Leitón explicaba este mismo viernes en AS: sabían las jugadoras del Sabadell que no se podrían escuchar ni con el entrenador, David Palma, ni entre ellas.

Aun así, no se arrugaron en el intercambio de golpes inicial. Estrenó el marcador Simone van de Kraats -otra que persigue el primer cetro europeo- a asistencia de Bea Ortiz, en la primera superioridad, y tras el penalti anotado por Vasiliki Plevritou, que el público celebraba como si ya hubiera ganado el partido, respondió Ortiz transformando otra pena máxima, forzada por Maggie Steffens, y cediendo de nuevo a Van de Kraats para el 1-3.

Se replicaban Maria Myriokefalitaki y Leitón con goles de reverso, pero Olympiacos se hundía en defensa para salir al contraataque y encontrar las dianas de Stefania Santa y Abby Andrews, hasta situarse por primera vez en ventaja a cuatro segundos del final del primer cuarto, el 5-4 de Santa en un brutal tiro cruzado.

Se atascó el acierto en el segundo periodo, que arrancaba con el empate de Irene González, el 6-5 de Foteini Tricha para las griegas y el tercer tanto de Van de Kraats, a 6:08 para la media parte. Pasaron ahí cinco minutos sin goles, pero con una posible agresión sobre la cara de Keszthely y un par de paradas de Mia Rycraw. Hasta que dos trallazos, de Tricha y Maggie Steffens, deshicieron la sequía, para que Vasiliki Plevrituou dejara las cosas, de penalti, tal como había comenzado el cuarto: 8-7 para Olympiacos.

Igual que el segundo periodo arrancó el tercero, con un disparo de Irene González, esta vez al palo. Y con un paradón de Rycraw a Bea Ortiz, previo al estreno anotador de Keszthely. Una igualdad que replicaba Laura Aarts, salvando con la yema de los dedos un remate de Santa completamente sola, pero recibiendo acto seguido el tanto de Myriokefalitaki.

Y Leitón emergió, ante una zaga de Olympiacos que había estado anulando el juego interior del Sabadell, para forzar un penalti que transformó Bea Ortiz, previo a una agresión de Sofia Tornarou sobre la propia Leitón que revisó el VAR para expulsar a la helena, y al 9-9 de Steffens a asistencia de Ortiz.

La mejor jugadora del mundo en 2024 tomó el mando para situar al Sabadell con ventaja con vez primera desde el arranque, en un astuto contragolpe. Y, aunque Myriokefalitaki volvió a las andadas, de nuevo Ortiz anotaba de penalti, este forzado por Tara Prentice, y Aarts completaba el tercer cuarto con una gran parada.

A pesar de contar con el público a su favor, seguro que Olympiacos ya estaba echando de menos a Nikoleta Eleftheriadou, Eleftheria Plevritou, Ioanna Chidirioti, Eleni Xenaki o Ioanna Stamatopoulou, sus bajas respecto al subcampeonato europeo del año pasado. Pero es que las catalanas, pese a haberse reforzado con Steffens y Prentice, también han perdido respecto a la última final a cuatro a Maica García (que se desgañitaba desde el banquillo), Judith Forca -ambas embarazadas- y a Laura Ester.

Así que cogieron el relevo otras jugadoras también experimentadas aunque más jóvenes. Como la subcampeona olímpica Andrews, que volvía a igualar con un tiro cruzado. O Sofia Giustini, quien conducía un contraataque para regalar el 11-12 a Van de Kraats. Y una todavía más joven como Santa, desde los seis metros, impedía otra vez que el Sabadell se marchara en el marcador. Lo mismo que Andrews, igualando el gol previo de Van de Kraats de penalti.

Y a poco más de dos minutos para el final asumieron el protagonismo las dos incorporaciones del pasado invierno, las dos estadounidenses. Primero Prentice anotaba el 13-14 en posición de boya y enseguida Steffens marcaba un golazo, el definitivo 13-15, tras un estupendo robo de la omnipresente Van de Kraats, quien volvió a ser providencial recuperando otro balón a segundos del final, cuando atacaba Olympiacos en doble superioridad. Celestial Sabadell en el infierno de un Olympiacos cuyas jugadoras acabaron entre lágrimas.

El otro finalista será inédito sí o sí, puesto que el Club Natació Sant Andreu disputa este año la segunda final a cuatro de su historia, y además de manera consecutiva tras el bronce cosechado en 2024 en la piscina del Club Natació Barcelona, mientras que el Ferencvaros nunca había llegado tan lejos en la Champions, ni siquiera hasta las semifinales que juega frente a las catalanas este viernes a partir de las 19:15 horas (Esport3/European Aquatics TV).

Del infierno al dominio de Sant Andreu

Bajaron en cuestión de minutos los decibelios en El Pireo y se quedó semivacía la grada, tras el desencanto local en el año del centenario de Olympiacos. Pero el que no aflojó desde que se zambulló en la piscina fue el otro equipo español de esta final a cuatro: el Club Natació Sant Andreu. Porque Ferencvaros, que nunca había llegado tan lejos en la Champions femenina, se avanzó en el primer ataque, en superioridad, por medio de Greta Kurucz-Gurisatti. Pero enseguida encontró la sólida respuesta de las barcelonesas, con paradas de Martina Terré y los tantos de las hermanas Elena y Ariadna Ruiz, y de una Queralt Antón que pronto estableció un doblete: nacida en 2008, contribuyó al parcial de 4-0 en el primer cuarto.

Veían las magiares como tapaban una fuga de agua y aparecía otra, pero no tardaron en recomponerse. Y en afinar también en ataque, con el segundo de Kurucz-Gurisatti con una jugadora de más y con el 4-3 de Eleftheria Plevritou, la única de las hermanas que ya no juega en Olympiacos. Mientras, se estrellaban Gisel.la Farré y Paula Crespí con los palos, así que fue Elena Ruiz quien desatascó la situación.

Aunque, hablando de postes, no pudo ajustar más su lanzamiento Vanda Valyi al límite de la posesión para colocar de nuevo a Ferencvaros a un gol, lo que deshizo la otra Ruiz, Ariadna, convirtiendo un penalti que había forzado Paula Camus. Pudo llegar con tres goles de ventaja el Sant Andreu a la media parte, pero lo impidió Boglarka Neszmely con una buena intervención.

Se impusieron no en vano las porteras durante un buen tramo del tercer periodo, con paradas a Elena Ruiz, a Kurucz-Gurisatti y también un tiro al poste, otro más, de Ariadna Ruiz. Fue de nuevo la jovencísima Antón quien situó el 7-4, seguida por dos paradones más de Terré, si bien a tan solo siete décimas para concluir ese penúltimo cuarto redujo de nuevo distancias Dora Leimeter.

No era nada que no pudiera solventar, en el lugar y el momento justos, una Camus que vio cómo Neszmely no dejaba de avanzar su posición en la meta para asestarle una vaselina. No incurría en ese error Terré, quien continuaba con sus paradas, esta vez ante Valyi. Pero sí caía en una precipitación innecesaria el Sant Andreu, fruto de lo cual Leimeter anotaba un golazo justo después de un tiempo muerto solicitado por Mark Matajsz y, tras desaprovechar las de Javi Aznar una doble superioridad, materializaba Valyi el 8-7.

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Pero, a falta de tan solo dos minutos y dos segundos para el final, apareció la gran protagonista del partido, Queralt Antón con sus 17 años, para sentenciar el pase a la final, para hacer historia, con el noveno tanto, que aún culminaría Alba Muñoz con un 10-7 que supo a gloria. Y que garantiza la final catalana, española.

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