Escocia cambia el paseo por la siesta
El Cardo se duerme con el partido controlado y sufre al final ante la crecida de una Gales que vuelve a dejar brotes verdes.

Un paseo militar, derivó en conato de pesadilla para Escocia este sábado ante Gales (35-29) en la cuarta jornada del Seis Naciones. Resultado que no servirá ni para tapar las miserias de otro año en el que no tuvo opciones reales de pelear el torneo en ningún momento, ni tampoco siquiera a los conformistas, que a estas alturas deben ser pocos ya, para validar el modelo de Townsend, aparentemente agotado salvo que el objetivo final sea ganar una Copa Calcuta de vez en cuando y llegar a cuartos en los Mundiales.
Al Cardo le valió con los letales ramalazos de su línea y con no ser el equipo más indisciplinado del pleito, tarea fácil esta vez, para armar un el triunfo, que se fue cimentando en paralelo al hara kiri galés. Tras adelantarse los Dragones gracias al pie de Anscombe, mordieron los locales por partida doble en un lapso de cinco minutos, con sendas internadas de Kinghorn y Huw Jones. En ambas encontraron facilidades por el costado defendido por el joven Llewellyn.
RESUMEN
Ensayos: Kinghorn (5', 48'), Jones (10'), Graham (27'), Jordan (32')
Conversiones: Russell (6', 11', 28', 33', 50')
GALES (8+21): Smith, Dee, John, Rowlands, Jenkins, Morgan, Reffell, Faletau, T. Williams, Anscombe, Mee, B. Thomas, Llewellyn, Rogers y Murray -También jugaron- Lake, G. Thomas, Assiratti, Te. Williams, Wainwright, R. Williams, Evans y Roberts
Ensayos: Murray (23'), B. Thomas (60'), Te. Williams (66'), Llewellyn (83')
Conversiones: Evans (61', 67', 83')
Golpes de castigo: Anscombe (3')
Estadio: Murrayfield, Edimburgo.
Árbitro: Andrea Piardi, italiano. Amarilla a John en el 30'.
Amagó con la reacción Gales, en una patada con música puesta por Anscombe a la carrera de Murray, que no encontró demasiada oposición para posar. Se encargaría de estropear la algarada WillGriff John, que opositó a la tarjeta más absurda del campeonato con una patada al oval cuando trataba de jugarlo Ben White. Antes de eso Escocia había vuelto a morder por medio de Graham y castigó la inferioridad con otro posado de Jordan.
La sensación de trámite completado se le indigestó a Escocia, que se echó a dormir cuando Kinghorn redondeó su doblete a la salida de vestuarios y espoleó un encomiable esfuerzo de Gales, que anotaría tres ensayos y otro anulado en la última media hora, obra de Ben Thomas, Teddy Williams y Llewellyn, y acabó el partido pidiendo un ratito más. Si va a ser un desastre, que sea glorioso, es el mantra que han abrazado los del Puerro en este segundo bloque del torneo bajo el mandato de Matt Sherratt. Sus brotes verdes contrastan con una Escocia tímidamente silbada al final, que empieza a oler a mustio. Y aún le queda pasar por el dentista en Saint Denis en la última jornada.
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