El Racing de Ferrol, dos años de un ascenso que derivó en pesadilla
Los ferrolanos cumplen su segundo aniversario de la vuelta a la categoría de plata descendidos, sumidos en la incertidumbre y en plena ruptura social con la afición.

Poco o nada queda de la ilusión y asombro que desprendió el Racing de Ferrol de la temporada 2022-2023. El equipo verde consiguió retornar a la categoría de plata el 27 de mayo de hace dos años, desplegando un fútbol atractivo, con el sello de Cristóbal Parralo y el liderazgo de jugadores como Carlos Vicente, Jon García o Heber, que fueron capaces de ganar la competición por delante de rivales como el Alcorcón, Deportivo o Córdoba. Justo dos años después de lo que vivió Ferrol con ese equipo, ha quedado en un recuerdo añorado y que ahora ha cambiado a una realidad completamente depresiva.
Después de una vuelta a Segunda por la puerta grande, como campeón del Grupo I en Primera RFEF, el equipo siguió funcionando como un reloj alcanzando cotas inimaginables para finalizar la primera vuelta como subcampeón de invierno. El estallido de la afición fue total con una estampida de abonados que dieron un colorido verde A Malata como nunca antes se había visto. Todo era una ilusión desbordada, pero el guion de cuento de hadas sufrió su primer revés en enero de 2024, cuando Carlos Vicente, mejor jugador del Racing de Ferrol, cogió el tren a Primera División para unirse a las filas del Alavés por 600.000€.
Desde entonces, el club no recuperó el rumbo con una segunda vuelta de la temporada 2023-2024 que avisaba con resultados negativos de que algo no iba bien por ese camino. El Racing de Ferrol cumplió con creces el objetivo de la salvación, pero una segunda vuelta con solo 22 puntos, puso en alerta la necesidad de dar un golpe de timón. Nada cambió en cuanto a dirección deportiva, banquillo, pero sí en la plantilla con hasta 15 cambios con salida de jugadores importantes como Jon García, Ander Cantero, Jesús Bernal, Heber o Iker Losada, este último vendido al Betis por una cuantía cercana a los 1,8M€.
La confección de la nueva plantilla hizo aguas por los cuatro costados a pesar de que la apuesta fue la de firmar jugadores experimentados en el fútbol profesional, pero que su mejor fútbol ya formaba parte del pasado. Erick Cabaco, Naldo, Luis Perea, Manu Vallejo, Bebé o Rober Correa, se unieron a David Castro, Josep Señé, Fran Manzanara o Álvaro Giménez, dando un resultado nefasto de principio a fin en la temporada. En ningún momento el equipo dio síntomas de poder salvar la categoría, primero con Cristóbal Parralo evidenciando que su ciclo se había terminado la campaña anterior y en enero con la llegada de Alejandro Menéndez, que cogió el equipo a ocho puntos de la salvación y a falta de una jornada está a 20.
El cóctel de ingredientes negativos sazonados desde los despachos hasta el terreno de juego, terminó por apagar una llama de presente y futuro en el racinguismo. La temporada comenzó con récord de socios llegando a la cifra histórica de los 9.360 abonados, que ahora después de vivir una temporada desoladora, sufren para al menos congregar 3.000 aficionados en las últimas citas en A Malata. El club vislumbra su futuro aferrándose a la construcción de la ciudad deportiva para cimentar unas bases más profesionales y fuertes de cara al futuro. Reto difícil para el Racing de Ferrol, que después de dos años de la explosión de ilusión con el ascenso a Segunda, vive una realidad tétrica y digna de pesadilla.
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