Julián Alvarez no necesita a nadie

¡Qué bueno que viniste, Julián! Lo que lleva pensando la afición del Atlético desde agosto, anoche fue a la vez un grito de júbilo y un suspiro. Porque la puesta en escena de los rojiblancos no fue nada buena. No solo por el 1-0, que ya fue un mazazo, sino la sensación de que el Madrid había encontrado vías para, sin hacer magia, castigar con rotundidad a los de Simeone. Pero hete aquí que apareció, una vez más, la Araña estelar. El argentino agarró una pelota en la derecha, se escapó con fe y maña de Camavinga y, casi desde el vértice del área, clavó el derechazo con rosca junto al palo. “Sí, fue un lindo gol”, valoró sin excesos el autor en Movistar.

Según la estadística avanzada, era una oportunidad de 0,03xG (goles esperados). Para entendernos, lo normal es que de cada 100 intentos solo terminen tres en gol. Pero es que Julián no es normal ni lógico. Y pasa absolutamente de lo que le diga el big data. Por eso, el campeón del mundo es el jugador del fútbol español con mayor diferencia entre esos goles esperados (estadística que calibra la calidad de cada ocasión) y los que realmente convierte. Con el de ayer, el rojiblanco lleva ya 22, cuando según las oportunidades que ha tenido tendrían que ser solo 12,19. Casi los duplica.

Tendría que llevar 1,68 goles... y suma ya 7

En Champions, el diferencial es aún mayor. Julián acumula siete dianas, cuando los expected goals dicen que tendría que llevar ¡1,68! El argentino llega en forma al tramo decisivo, donde se deciden las cosas importantes. En los últimos seis encuentros lleva seis tantos, entre ellos dos en el Bernabéu (Liga y Champions) y uno en Montjuïc (Copa). Futbolista de grandes goles, grandes noches y grandes escenarios. “En partidos así aparecen los grandes jugadores. Se ha sacado un gol de la nada que nos ha dado muchísima fuerza. El equipo ha crecido mucho. Ojalá siga así a este nivel”, celebra Llorente.

Y además, Julián volvió a dejar la sensación de que con poco hace mucho, muchísimo. En el Bernabéu fue con un balón en el lateral del área que convirtió en oro ante Camavinga y Courtois, como ya lo hizo en la última gran noche europea del Metropolitano, la remontada al Leverkusen, con Julián ganando a Tah, Grimaldo y Kovar para empatar y luego firmando un regate sobre una baldosa para ganar. En Champions, Julián se lo guisa, Julián se lo come. En el derbi sus compañeros solo le encontraron 18 veces, pero es un futbolista autosuficiente pese a no ser ni el más alto, ni el más listo ni el más rápido.

El Atlético ya está enfocado en cómo remontar en el Metropolitano —aunque primero espera el Getafe, “desde el domingo por la noche empezaremos a preparar la Champions”, dice Simeone—, pero todos, los 3.800 colchoneros que animaron en el Bernabéu y todos los que sufrieron fuera, se aferran a otro picotazo de Julián para decidir el Euroderbi...

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