“Cuando llegaron los talibanes tuve que dejar de jugar al baloncesto, nos prohibieron todo...”

AS se sensabiliza con los más débiles, con los que han sufrido, los que han tenido que pasar por episodios duros en su vida. Un tema que todavía en el 2025 está a la orden del día es el de los refugiados. Madonna Deeb, ciclista y Latifa Sakhizada. jugadora paralímpica de baloncesto, están dentro de un grupo conocidas como refugiadas.

“Soy de Siria, pero es lo mismo que está pasando en Palestina. Es la misma lucha. Allí tenía muchas barreras, pero poco a poco iba cumpliendo sueños. Vino la guerra y todo se esfumó. Tuve mucha suerte de poder llegar a España, me abrió un montón de puertas. Descubrí el deporte, antes no hacía nada. Me quería superar, siempre tengo la esperanza de llegar más lejos. En España descubrí el ciclismo, la paciencia. Se reflejaba mucho mi vida, el estar muchas horas encima de la bici. Cada kilómetros que hago es una declaración de que es posible”, itió Deeb.

“Después de todo lo que he vivido en Siria, he sentido mucho amor en estos tres años en España”, añadió. Mujeres que tuvieron que huir de sus hogares, debido a una guerra o a la violencia generalizada. Su vida ya no volvió a ser la misma, ya que pasaron a ser protegidas. A tener una seguridad internacional porque su vida corre peligro.

En el segundo Congreso en Positivo de AS ambas deportistas expusieron su historia. “Mi vida antes, cuando estaba en Afganistán, antes de los talibanes, las mujeres podíamos salir solas a la calle y hacer de todo. Yo jugaba al baloncesto, viaja a otros países. Pero cuando llegaron nos lo prohibieron. Pido una cosa al mundo, que no se olviden de las mujeres de afganistán”, explicó Sakhizada.

“Cuando yo jugaba al baloncesto estaba bien, no sentía que tuviera discapacidades”, dijo Sakhizada. “En Siria sí existe el deporte, pero está mal visto. Y no todo el mundo tenía . En ciclismo era algo que no se podía hacer. Culturalmente hay muchas limitaciones. El deporte es una escapa que te llena de energía, en un país en guerra o postguerra. Con el estrés que se vive... pero cuando la sociedad te dice que no puedes, porque eres un mujer, es muy frustrante. Llegué a España y me dije: ‘Eso se puede hacer, yo quiero’. Como mensaje final, solo espero que se logre hacer todo en todos los lugares del mundo, sin restricciones”, itió Deeb

En España se han volcado con estas personas. Hay centros, en los que el deporte ocupa una parte esencial. “Se creó un Equipo de refugiados, en el año 2015 a los Comités internacionales nos preguntan si queríamos colaborar. No lo dudamos. Empezamos a hacer actividades de todo tipo. Monté un gimnasio. Luego una piscina y lo que más me llamó la atención es que la mitad de los refugiados estaban con manguitos. Tenemos el primer centro de deporte para refugiados”, itió Alejandro Blanco.

As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsicamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.