Conmoción en el mundo de los donantes tras descubrir una “bomba” genética oculta por las clínicas de fertilidad durante décadas
Miles de personas descubren que comparten progenitores debido a la falta de controles en las donaciones de esperma.

En los Países Bajos, un escándalo de gran magnitud ha sacudido el ámbito de la reproducción asistida. Durante décadas, clínicas de fertilidad permitieron que donantes de esperma engendraran un número excesivo de hijos, infringiendo las normativas establecidas y ocultando información genética crucial.
Desde 2004, al menos 85 donantes de esperma en los Países Bajos han tenido más de 25 hijos cada uno, superando el límite legal establecido para evitar problemas de consanguinidad y trastornos psicológicos entre los descendientes. En total, se estima que alrededor de 3.000 niños podrían estar involucrados en esta situación.
Padre de al menos 550 niños
El caso más notorio es el de Jonathan Meyer, quien ha itido ser padre de al menos 550 niños. En 2023, un tribunal le prohibió continuar donando esperma y le impuso una multa de 100.000 euros por cada nuevo hijo que pudiera nacer de sus donaciones.
La ausencia de un sistema nacional de registro permitió que los donantes se registraran en múltiples clínicas, facilitando la repetición de donaciones sin un control adecuado. Algunas clínicas incluso intercambiaron material genético sin el consentimiento de las madres ni el conocimiento de los donantes. El escándalo se agrava con la revelación de que al menos diez ginecólogos utilizaron su propio esperma para inseminar a pacientes sin su consentimiento. Uno de los casos más impactantes es el de Jan Karbaat, quien engendró al menos 81 hijos de esta manera.
Otro caso es el de Jos Beek, quien entre 1973 y 1986 engendró al menos 41 hijos utilizando su propio esperma en tratamientos de fertilidad. Estos médicos engañaron a sus pacientes, quienes creían estar recibiendo donaciones anónimas.
Los hijos nacidos de estas donaciones masivas enfrentan desafíos significativos. La posibilidad de tener numerosos medios hermanos desconocidos plantea riesgos de consanguinidad y genera angustia emocional. Ties van der Meer, de la fundación Donorkind, señaló: “Nunca van a poder tener citas tranquilamente. Si se enamoran de alguien, siempre tendrán que hacer una prueba de ADN”.
En respuesta a estos escándalos, desde abril de 2025, los Países Bajos han implementado una legislación que exige el registro nacional obligatorio de donantes y madres, aplicable retroactivamente desde 2004. La Asociación Holandesa de Ginecología (NVOG) ha pedido disculpas públicas por la mala gestión y ha instado a los afectados a ar con las clínicas para obtener más información.
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