Unos españoles se meten en la ‘teledisco’ de Berlín y al salir quieren que se les trague la tierra
Vincent, joven creador de contenido, ha compartido un vídeo en el que, junto a su hermana, protagoniza una escena que ambos tardarán mucho en olvidar.


Viajar a otro país no solo implica descubrir su gastronomía, su historia o sus tradiciones más arraigadas, sino también sumergirse en sus costumbres y conocer algunos espacios que, hasta ese momento, pasan totalmente bajo el radar. Cada ubicación tiene su encanto, ofreciendo diferentes formas de ocio que tienen la capacidad de llamar la atención de los visitantes.
Berlín es un claro ejemplo de ello, siendo uno de los destinos favoritos de miles de turistas. Al recorrer las calles de la ciudad alemana, es fácil encontrar diferentes espacios dedicados al ocio, entre los cuales destacan las ‘telediscos’, pequeñas discotecas que ofrecen una gran experiencia, protagonizadas por la música, las luces y el baile, pero en un formato reducido.
Vincent, creador de contenido, acudió a uno de estos cubículos en compañía de su hermana, y el resultado de la experiencia, que dejó a ambos sin palabras, fue compartido por el joven en su cuenta de ‘TikTok’. “Fui a la teledisco en Berlín con mi hermana y al principio parecía todo normal”, inicia el vídeo.
@vincentvs03 Pocas veces he pasado más vergüenza
♬ sonido original - Vincent
En los primeros compases de la experiencia, la pareja de hermanos cantaba, bailaba y se lo pasaba en grande en el interior de la ‘teledisco’. Sin embargo, en un momento dado, los jóvenes se dieron cuenta de que algo raro pasaba: “al acabar, apareció medio Berlín fuera después de escucharnos cantar”, explicaba el creador de contenido.
Los jóvenes se quedaron ‘a cuadros’
“¿Nos habrán escuchado cantar?”, preguntaba la hermana de Vincent, a lo que el joven, en lugar de responder haciendo uso de las palabras, se limitaba a poner una cara que lo decía todo: no entendía nada. “Qué vergüenza”, reconocía la joven, momentos antes de abrir la puerta de la ‘teledisco’ y recibir una ovación por parte del respetable que se encontraba en los alrededores del lugar.
Una vez que la pareja de hermanos abandonó el cubículo, estos se alejaron de la zona entre las risas, los ánimos y algunas mofas procedentes del público: “Y para colmo, la gente empezó a mirarnos y a reírse después de hacer el ridículo dentro”, aseguraba el joven. Para terminar, su hermana concluyó, visiblemente avergonzada: “Ay que lache, nos han escuchado. Jolín, qué vergüenza”.
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