Un español que vive en Irlanda revela lo que detesta de vivir en otros países: “En España es mucho más sencillo”

El español que viaja lo hace siempre con un cuadro del pueblo o ciudad que abandona bajo el brazo, en evidente sentido metafórico, en tanto que tiende a comparar todo aquello que pisa con su lugar de origen. Desde la comida hasta la vestimenta, pasando por la arquitectura y llegando, incluso, al reciclaje. Esto último ha reseñado Alejandro Mesa, un creador de contenido que acumula más de 54.000 seguidores y que en un reciente vídeo ha puesto en valor un asunto no muchas veces reivindicado.

“Hay algo que no soporto cuando voy a vivir a otro país”, inicia el influencer residente en Irlanda, donde se desempeña como profesor, tal y como hizo con antelación en Fukuoka (Japón). “Es algo que detesto, es porque no lo entiendo, pero no puedo con ello”, añade. En un intencionado giro visual deja de grabarse a sí mismo y enfoca desde su ventana la puerta de su casa, robándose el protagonismo tres cubos de basura llenos hasta la bandera.

“Súper complicado de entender”

“Esto que estáis viendo son los contenedores que yo tengo para mi casa: el negro, el verde y el marrón. Cada uno es para una cosa, pero veréis que están un poquito llenos, incluso hay bolsas en el suelo detrás del verde... Y alguno diréis: ‘pero Alejandro, ¿cómo acumulas tanta basura en tan poco tiempo? Bueno es que no vivo solo, vivo con cuatro personas más. Es normal que las bolsas se llenen más rápido“, relata. Tras su breve pero profundo inciso personal, va al meollo de la cuestión: “A lo que voy es que en España me parece que es super sencillo el tema del reciclaje“.

Tal y como cuenta, en España basta con acercarte con tu bolsa y tirarla al contenedor indicado. “No hay nadie vigilándote, no hay nadie que te tenga en cuenta nada; e incluso si no quieres reciclar, que yo sí lo hago, no pasa absolutamente nada”, puntualiza, remarcando que “aquí solo te recogen la basura una vez a la semana y aparte no te recogen siempre todas las basuras” y que “depende de qué tipo de basura te cobran más en función del peso. Además, cuenta, ”aquí no es un servicio público como tal, sino que tienes que contratar tú la compañía o empresa que quieres que vaya a buscar la basura".

Ocurría parecido en Japón. “Eran mucho más estrictos. Allí había una bolsa específica para cada cosa diferente, recuerdo una bolsa con la etiqueta azul, otra con la etiqueta amarilla. En una se mezclaba el plástico y el cartón, en otras no. No sé, era un lío”, recuerda.

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Por todo ello, piensa desde su ventana irlandesa en cómo reciclaba cuando residía en España, acariciando con la mente el cuadro que aquel que viaja lleva consigo bajo el brazo, y sentencia: “Muchos se quejan del reciclaje en España, pero es que cuando sales es un cachondeo y, aparte, es súper complicado de entender”.

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