Le roban la merienda en la taquilla del hospital y cuando lo comenta a sus compañeras descubre una ‘rata en serie’
Elena Casado ha compartido un vídeo en el que explica, visiblemente molesta, lo que le ha ocurrido, formando en redes una oleada de apoyo hacia ella.


La vida y el trabajo en los hospitales pueden llegar a ser muy complicados. La monotonía, el aburrimiento y el tiempo libre del que disponen los trabajadores pueden convertirse en los ingredientes ideales para que algunos comentan actos de dudosa moral.
Esto último le ha ocurrido a Elena Casado, una trabajadora de hospital que ha compartido, con sus cerca de 200 mil seguidores en ‘Tik Tok’, una experiencia que, por seguro, hubiera preferido no vivir y que está protagonizada por una persona que parece tener la mano ‘un poco larga’.
@medicilio #hospital #medicina #anestesia #medicosdetiktok #storytime #salseo
♬ sonido original - Medicilio🩺Elena Casado Pineda
“¡Cómo se puede ser tan rata! Me han robado la merienda de encima de la taquilla”, comienza explicando @medicilio, visiblemente molesta por lo que había pasado. La mujer cuenta que había comprado “una bolsa de la pastelería de enfrente del hospital con tres dulces” y que la había dejado para comerse “uno para merendar y llevarse dos a casa”.
Al regresar a los vestuarios tras anestesiar a un paciente, algo había ocurrido: los dulces habían desaparecido. “Han cogido la bolsa, la han abierto, han desenvuelto la bandeja, se han comido los dulces y han tirado la bolsa y la bandeja en la basura del vestuario. Estoy flipando”. Para terminar, Elena ha puesto un letrero en honor “a la ladrona de berlinas” y se ha dirigido directamente a “la rata inmunda roba comida”, asegurando que, si no tiene dinero, “le invita a un bocadillo de la máquina”.
Elena parece no ser la única víctima
El ‘post’, que cuenta con casi 400 mil visitas, 21 mil me gustas y cerca de dos mil comentarios, ha generado mucho revuelo en redes sociales, con cientos de s mostrando su disconformidad ante lo ocurrido, apoyando a la anestesista y dando luz a vivencias propias.
“A una compañera le cogían la leche de avena”, “qué gente más cutre” o “ya somos dos, a mi me roban siempre, mi comida sin gluten es más cara y gusta!”, son solo algunos de las opiniones que ha generado la situación vivida por Elena. Lo que es seguro es que, a partir de ahora, la trabajadora pondrá especial atención a su comida cuando se la lleve a los vestuarios.
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