Brutal encontronazo en ‘Supervivientes’ entre Laura Cuevas y su marido: “No tienes ni cinco minutos cotizados”

Acostumbra a monopolizar el cielo de los Cayos Cochinos nubes que descargan tormentas tropicales sobre la ínsula en la que se encuentran los participantes de Supervivientes. No obstante, amén de la tensión que la convivencia genera y de las circunstancias individuales que cada uno atraviese, no han sido gotas de lluvia sino cuchillos afilados los que han cruzado la costa caribeña. Y todo por el reencuentro entre Laura Cuevas y su todavía marido, Carlos Calderón.

La pareja protagonizó uno de los reencuentros más tensos que el programa recuerda, plagado de reproches y acusaciones que destriparon sus intimidades a todo el país. Previo a este instante, Cuevas había confesado a algunos de sus compañeros las carencias de su matrimonio, destapando una vida presuntamente anodina que ha pillado por sorpresa al propio Calderón, que antes de protagonizar la reunión expresó a Sandra Barneda su dolor.

Un tenso reencuentro

“Estoy un poco bastante decepcionado con todo lo que está pasando y estoy escuchando. Me sorprende que diga eso, pero bueno, es Laura Cuevas”, deslizó a la presentadora, reconociendo que no cree ser merecedor de nada de lo que dice: “Si quiere hablar de mí o de la relación, que diga la verdad, no que se lo lleve a su terreno (...) Ella hoy te dice una cosa, mañana otra y sus reacciones son arriba, abajo... Yo te digo que como me vea el careto no creo que se acerque mucho a darme aun abrazo. Yo no la puedo recibir con una sonrisa y con alegría”.

Y con la seguridad de que había sido “utilizado” durante sus diez años de relación marchó al reencuentro, donde confesó que él mantenía económicamente a la participante y que, además, ella le había sido infiel. “Levanté la persiana y me encontré el percal”, dijo, a lo que Cuevas negó con rotundidad asegurando que “se estaban dando un tiempo”; Calderón negó la mayor amenazando con poseer pruebas firmes: “Sigues mintiendo como una campeona, ¿no estábamos juntos cuando yo lo pillé?”.

La concursante reconoció su parte de culpa por “no hacer nada”, itió estar atravesando un momento duro y, después, cargó contra él. “Me dices mi vida y estamos juntos, blanco y en botella. Estuve esperándote hasta las dos y tres de la mañana y tú, ¿cómo llegabas?”, lanzó, a lo que Calderón contestó insistiendo en que “lo único que hacía era al salir de trabajar tomarme una cerveza con mis compañeros” y que, aunque le duela, “Chiclana se ha enterado de todo lo que has hecho en verano”.

Todavía más enrevesado fue lo económico. “Me estás dejando como un mierdas. Yo tengo que trabajar, cosa que tú no haces. Saca tu vida laboral que no tienes ni cinco minutos cotizados”, estalló Calderón, a lo que su mujer respondió todavía encasillada en la vida nupcial: “No hay tiempo para mí nunca y lo tienes que reconocer”.

Una tregua y la necesidad de entenderse

La intervención de Sandra Barneda era obligada. “Me da la sensación de que no vais a ningún lado”, vaticinó, preguntando a Cuevas si todavía sentía algo por su marido. “He dicho en varias ocasiones que es el amor de mi vida y que los primeros años fue una relación muy bonita y que los últimos años ha sido una vida totalmente diferente”, dijo.

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Calderón no daba crédito. “Es alucinante... Fatal, aquí Laurita la fantástica no me ha dicho nada. Me pega la patada y soy el amor de su vida”, lamentaba. Finalmente se fundieron en un emotivo abrazo a modo de tregua; no lo saben, pero este martes tendrán que resolver sus diferencias para recorrer el Puente de la Concordia con Carlos Sobera.

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