Alimentación

La carne roja que es la gran olvidada en la dieta mediterránea que aporta proteínas completas, pocas calorías y mantiene bajo el colesterol

Incorporarla de forma ocasional puede ser una forma deliciosa y nutritiva de diversificar la alimentación sin perder de vista el equilibrio y la salud.

Filet Mignon Steak on wooden board on black background
Lisovskaya
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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Cuando hablamos de dieta mediterránea, solemos pensar en aceite de oliva, pescado azul, legumbres, frutas frescas y una moderada cantidad de carne. Sin embargo, dentro de las carnes rojas, hay una que ha sido injustamente olvidada en este patrón alimentario: la carne de búfalo.

A pesar de ser poco común en las mesas del sur de Europa, esta carne reúne características nutricionales que la convierten en una opción excelente tanto para los que buscan una dieta saludable como para quienes desean reducir el consumo de grasas saturadas sin renunciar a una fuente completa de proteínas.

Y es que, a diferencia de otras carnes rojas como la de vacuno, la carne de búfalo se distingue por su bajo contenido graso y calórico, además de tener niveles muy bajos de colesterol. Aproximadamente, por cada 100 gramos, aporta entre 20 y 22 gramos de proteína de alta calidad, todos los aminoácidos esenciales, menos de 2 gramos de grasa y alrededor de 110 a 130 calorías, dependiendo del corte. De hecho, tiene menos grasa y colesterol incluso que el pollo.

Alternativa ideal

Estas características convierten la carne de búfalo en una alternativa ideal para personas que siguen dietas hipocalóricas, con control de grasas o que padecen enfermedades cardiovasculares.

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Además, esta es rica en ácidos grasos omega-3, especialmente si el animal ha sido criado en el campo. De hecho, desde un punto de vista medioambiental, la cría de búfalos suele ser más sostenible que la de vacuno. Estos animales se adaptan mejor a ciertos ecosistemas, requieren menos recursos y generan menos emisiones de metano en comparación con las cabezas de ganado convencionales.

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