Adiós a los mosquitos: la mejor solución en primavera que además perfuma y adorna la terraza
Existen recursos naturales con los que combatir la llegada de los mosquitos, que asoman en los hogares con la subida de las temperaturas en primavera y verano.


Con la llegada de la primavera, los días se alargan, las temperaturas suben y las terrazas vuelven a convertirse en el centro de reuniones, cenas al aire libre y momentos de relax. Sin embargo, también reaparecen esos molestos visitantes no deseados: los mosquitos.
Aunque existen numerosos productos químicos para repelerlos, muchas personas buscan alternativas naturales, efectivas y, a poder ser, decorativas. La buena noticia es que sí existen: la lavanda, la albahaca y la hierba de limón son tres plantas que no solo espantan a los mosquitos, sino que, además, embellecen y perfuman cualquier estancia del hogar, especialmente terrazas y balcones.
Las plantas
La lavanda es una de las mejores plantas para combatir la presencia de mosquitos en el hogar. Sus flores violetas no solo aportan un toque decorativo, sino que desprenden un aroma intenso que resulta muy agradable para los humanos, pero que los mosquitos detestan. Además, es fácil de cuidar: solo precisa la luz directa del sol y un riego moderado.

Por su parte, la albahaca, uno de los ingredientes típicos de la cocina mediterránea, también actúa como un eficaz repelente natural de insectos. Su aroma fresco y penetrante mantiene a raya a los mosquitos. Se puede colocar cerca de ventanas o zonas de paso para potenciar su efecto protector.
La hierba de limón, conocida también como citronela, es probablemente la planta más famosa de las opciones presentadas para ahuyentar mosquitos. Su fragancia cítrica, intensa y refrescante es muy efectiva para mantener alejados a estos insectos. Para crecer, necesita buena luz.

En definitiva, estas plantas aportan color, un aroma agradable y funcionalidad contra los molestos insectos, convirtiéndose en aliadas naturales para disfrutar de las noches de primavera sin molestias. Tres ejemplos de que la solución contra los mosquitos no tiene por qué ser invasiva ni fea.
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