Un imperial Carlos Alcaraz barre a Jannik Sinner en Roma
El español resiste en el primer set y apabulla a Sinner en el segundo para ganar su séptimo título de Masters 1.000 en casa del número uno, que llevaba 26 partidos invicto.

Después de la victoria de Jasmine Paolini el sábado en el torneo femenino y de la propia campeona junto con Sara Errani en dobles poco antes de la final masculina, todo estaba preparado en Roma para la culminación de una gran fiesta italiana. Pero Carlos Alcaraz la aguó de forma contundente. El español se proclamó emperador en el Foro Itálico con un triunfo memorable contra el ídolo local, Jannik Sinner: 7-6 (5) y 6-1) en 1h43. El número uno del mundo estaba en racha de 26 victorias y llevaba 94 partidos sin que nadie le hubiera ganado en dos sets, desde que lo hiciera Novak Djokovic en el partido por el título de las ATP Finals 2023.
Esa montaña la escaló el murciano de 22 años a saltos, con mucha clase y cabeza. No le hicieron falta esta vez ni el corazón ni la otra ‘c’ de ese famoso eslogan que lleva tatuado. Hay quienes dirán que Sinner llevaba tres meses sin competir, desde que se impuso en el Open de Australia, debido a la suspensión a la que fue sometido por dopaje. Pero en la cancha demostró que estaba hecho un toro, sobre todo cuando en cuartos apabulló a Casper Ruud (6-0 y 6-1). No era nada fácil que Carlos despachara una demostración de fuerza como esta en territorio comanche, y contra el mejor del circuito. Así igualó los 19 títulos de Jannik, con el séptimo suyo en Masters 1.000, y elevó su marca positiva a un 7-4 en el cara a cara, 2-1 en finales. Esta es su cuarta victoria seguida contra el actual líder del ranking y la 12 consecutiva ante un rival italiano.
“Estoy muy feliz por ganar en Roma por primera vez, espero que no sea la última. También por ver a Jannik de vuelta, no fue fácil para él; jugar una final en su primer torneo después de tres meses es una locura, le felicito por esta semana. Estoy orgulloso de mí, de cómo he preparado el partido, creo que lo he hecho bien desde el primer punto hasta el último. No ha sido una montaña rusa, he mantenido el nivel todo el partido”, dijo Charly, que había sido el último verdugo de Sinner, en la final de Pekín el pasado mes de octubre. Lo de este chico en los partidos con un gran trofeo en juego es tremendo. Entre Masters 1.000 y Grand Slams solo ha perdido uno de 12, el de Cincinnati en 2023 (contra Djokovic). Es el mejor del curso, con 30 victorias y tres títulos (Róterdam, Montecarlo y Roma). Llegará a Roland Garros cargado de moral y con un récord sobre tierra de 15-1. “Todas las miradas están en París, todo el mundo está centrado en ese torneo. Ganar en Roma y a Jannik te da una gran confianza para ir a París. Las finales no van de jugarlas, van de ganarlas. Estoy muy feliz, voy a disfrutarlo con mi gente, descansaré y saborearé lo que he conseguido, que es importante, y después pensaré en Roland Garros”.
Dos sets bien diferentes
El partido comenzó con unos cuantos juegos de tanteo, lógicos porque llevaban más de medio año sin verse en una pista. Y el primero que tuvo opciones de tomar distancia fue Alcaraz, que dispuso de una ventaja en el quinto. No la pudo aprovechar y las aguas se calmaron hasta que Sinner tiró por la borda dos puntos de set con 6-5 a favor. Un 15-40 no le bastó para cerrar el parcial y después el prodigio de El Palmar hizo un muy buen desempate. Lo abrió con un 3-0 y dos saques directos. Y reaccionó cuando el tirolés acortó la diferencia con un minibreak hasta sentenciar de magnífica volea. Los nervios, raros en él, traicionaron al pelirrojo.
La inercia era muy positiva para Carlos y mejoró cuando levantó un 0-30 en el inicio de la segunda manga y, acto seguido, rompió para poner la directa. Sinner, muy tocado, no encontró la manera de reaccionar y se hundió por completo con un segundo quiebre que ya fue definitivo. Amenazando con el rosco, Alcaraz, mentalmente una roca, no dejó ningún resquicio para la esperanza de un público enmudecido en el Campo Centrale. Y puso la guinda con un último punto sublime, estirándose para devolver una contradejada. A su manera. Imperial.
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