Pellegrini no quería medias tintas

El Betis se presentó en el Metropolitano con la mirada puesta en Breslavia. Todos excepto Manuel Pellegrini. Él siempre quiere más. Instaló una ambición y una exigencia que esta vez no se reflejó sobre el césped en el primer tiempo del choque ante el Atlético de Madrid. Lanzó una bronca a sus futbolistas en el minuto 26 y la historia amagó con cambiar. No caben las medias tintas en su plan. Por mucho que el plantel tenga la mente en esa final del 28 de mayo. Para Pellegrini, no cabe ningún ejercicio de relajación en ese camino.
En Heliópolis se sueña con un salto de calidad que se traduzca en un pasaporte de Champions. No lo consiguió Pellegrini pese a firmar cinco campañas sobresalientes a los mandos del equipo verdiblanco, pero la final de la Conference sí le entrega una vía extra de sobresalir. En ella Pellegrini necesitará al mejor Isco, al Antony más diferencial o al Ruibal más impetuoso. No quiere ninguna versión a medias. Como tampoco las quiso ante el Atlético pese a que casi ni las matemáticas sostenían ya un objetivo en esta Liga. La caída en el Metropolitano evidencia muchas certezas: Una de ellas es que el equipo bajó dos marchas en la Liga desde que firmó el pasaporte a esa final de Polonia. Otra apunta al puñado de dudas que tiene aún Pellegrini a la hora de formar ese once llamado a romper la historia.
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