Opinión

Messi nos descuadra a todos

Leo eligió el mejor gol de su carrera, el que más recuerda, el más especial: optó por el de la final de Roma con el Barça ante el United.

FORT LAUDERDALE, FLORIDA - MAY 18: Lionel Messi #10 of Inter Miami CF shoots during the MLS match between Inter Miami CF and Orlando City at Chase Stadium on May 18, 2025 in Fort Lauderdale, Florida.   Leonardo Fernandez/Getty Images/AFP (Photo by Leonardo Fernandez / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
LEONARDO FERNANDEZ | AFP
Aritz Gabilondo
Aritz Gabilondo (San Sebastián, 1980) es redactor jefe de fútbol internacional de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, empezó su carrera en El País y desde 2002 trabaja en AS. Ha cubierto Mundiales, Eurocopas y Juegos Olímpicos para este diario. Es comentarista de fútbol internacional en Cadena Ser, Movistar+ y Mediaset.
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Su mejor gol. No ha renovado aún Messi con Inter Miami pero ese no es el quid de la cuestión, más que nada porque el Mundial 2026 es su objetivo y parece raro que cambie de aires unos meses antes y con la cita mundialista tan cerca de su actual casa, en Florida. Lo llamativo es lo de esta semana, cuando Leo eligió el mejor gol de su carrera, el que más recuerda, el más especial. No les hago spoiler: optó por el de la final de Roma con el Barça ante el United, aquel de cabeza tras un escorzo icónico en el aire.

Difícil elección. Buen gol, y además importante, eso es innegable, pero un punto sorprendente si se analizan la ristra de obras de arte y de genialidades que ha dejado a lo largo de su carrera. Uno se pone en la mente de Messi y es casi imposible que recuerde todas las pinceladas de magia que dibujó en la historia del fútbol y, al mismo tiempo, en nuestra historia de aficionados y analistas. El ejercicio era complicado: es como si a Van Gogh, Shakespeare, Miguel Ángel o Norman Foster les hicieran elegir entre su mejor obra. Cualquiera vale; todas son arte.

Amalgama. El caso es que Messi eligió Roma y, como en la retina hay mucho más, parece conveniente hacer el insensato ejercicio de llevar la contraria al mejor futbolista de la historia. Por ejemplo con el gol maradoniano al Getafe, el más mediático y viralizado; o las parábolas imposibles ante México en la Copa América y ante el Betis en el Villamarín; o el eslalon hacia la portería de Casillas en semifinales de Champions, en el Bernabéu; o el día que tumbó a Boateng; o el de la vaselinita a Almunia, del Arsenal.

Más. O el de la final de Copa al Athletic saliendo entre un bosque de piernas; o cualquiera de los que hizo de falta —aquel al Liverpool, aquel otro a Courtois en el Calderón—, o... elijan ustedes el que quieran porque son todos válidos. Para un servidor, el más recordado sucedió un domingo de 2010 en La Romareda, cuando destrozó al Zaragoza con tres fintas imposibles. El Messi inventor. El Messi imparable. El Messi único.

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Benéfico. Lo importante, en cualquier caso, es que el artista Refik Anadol transformará el gol elegido por Leo en una obra de arte que será subastada en Christie’s como parte de la campaña benéfica A Goal in Life liderada por la Fundación Inter Miami. Tendrá un único comprador y los beneficios irán a múltiples organizaciones sin fines de lucro. Eso es lo importante. Ese es, de hecho, su mejor gol.

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