¿La Superliga era esto?
Una de las finales europeas más pobres que uno recuerda sería el pan nuestro de cada día en una competición que prima más la élite que los méritos.
Hace cuatro años el fútbol inglés en masa se lanzó a la calle para protestar por el estallido de la Superliga, ese proyecto que apoyaron algunos de sus clubes, incluidos United y Tottenham, pero no sus aficiones. Acabó tumbándose la idea por la presión popular, pero quedó en el ambiente la sensación de que a algunos les beneficiaba la nueva competición más que a otros. United y Tottenham estaban entre ellos. En crisis de títulos, de resultados y hasta de finanzas, un nuevo rumbo en el fútbol europeo les venía como anillo al dedo.
Siguieron, sin embargo, bajo el paraguas de la UEFA y de la Premier, y llegaron a la final de la Europa League de San Mamés entre penurias y jugadores mediocres. El partido de Bilbao es un ejemplo de la deriva tan peligrosa que lleva el fútbol para algunos. No están bien y, aunque el Tottenham se llevó el premio gordo de la Champions, es complicado pensar que cambiará este rumbo de un día para otro.
Quizá la Superliga hubiera sido el cambio más drástico. O quizá no. Igual lo que acabó como una de las finales europeas más pobres que uno recuerda sería el pan nuestro de cada día en una competición que por naturaleza prima más la élite que los méritos. Igual la Superliga era esto.
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