Retro
No, soplar los cartuchos no sirve para hacer que tus juegos retro funcionen, y puede empeorar las cosas
Os recordamos por qué soplar los cartuchos no solo no es útil para que la consola los lea, sino cómo esta práctica puede dañar a largo plazo a nuestros queridos videojuegos.
Soplar los cartuchos de consolas clásicas como NES, Super Nintendo, Game Boy o Mega Drive es, probablemente, el hábito adquirido más extendido entre los entusiastas de los juegos retro de todo el mundo. No obstante, se trata de un mito infundado, y muchos, incluso en la actualidad, siguen realizando esta práctica que no solo no resuelve nada, sino que puede resultar contraproducente a largo plazo, pudiendo incluso provocar daños irreversibles en la placa y los circuitos de los juegos. Es más, la propia Nintendo ha dejado claro el peligro que entraña esta práctica. En este texto os explicamos por qué no es recomendable soplar los cartuchos cuando no funcionan, qué alternativas válidas hay y, en definitiva, cómo conservar mejor tus juegos clásicos:
Soplar un cartucho para que funcione: la mayor leyenda urbana del gaming que no solo no resuelve nada, sino que puede dañar tus videojuegos
A la hora de jugar a consolas clásicas cuyos videojuegos usaban un formato de cartuchos, muchos jugadores nos hemos topado con un problema recurrente: el juego no funciona porque la placa del mismo no hace o correctamente con la entrada de la consola. Para solventar esto, una solución considerada aceptable ampliamente ha consistido en extraer el cartucho, soplar por la parte de los pines —la que estará en o directo con el conector de la consola— y volver a introducirlo. En muchas ocasiones, esto hacía que pudiésemos jugar sin problemas, motivo por el cual este peculiar ritual ha servido como una especie de refuerzo positivo a la hora de reproducir esta conducta en el futuro. Pero, en realidad, se trata de un efecto placebo.
El acto de soplar en sí mismo no soluciona nada en la inmensa mayoría de los casos: lo que ha hecho que el juego funcione ha sido únicamente la reintroducción del cartucho en la consola. Es decir: en realidad, la solución ha consistido en sacar y meter el juego de nuevo. Es posible que durante la introducción inicial los pines del juego no hiciesen buen o, o que hubiese alguna pequeña mota o partícula de polvo o pelusa en los mismos que ha sido retirada con la reintroducción del cartucho en el sistema. Es más, al soplar, de manera prácticamente inevitable, estaremos expulsando gotículas y pequeñas partículas de saliva que pueden provocar corrosión o la aparición de hongos y bacterias que dañen de manera irreversible los pines de la placa de los juegos o los de la consola.
En un experimento que llevó a cabo un internauta en 2008, se demostró lo nociva que puede llegar a ser la práctica. Su “estudio” consistió en utilizar dos cartuchos diferentes del juego Gyromite de NES; mientras que la copia A recibió un trato razonablemente bueno, la copia B sufriría un “abuso” en forma de soplar varias veces al día para simular el desgaste que tendría uno de estos juegos durante varios meses de uso. El resultado después de un mes no pudo ser más claro: mientras que el cartucho A solo mostró rozaduras por el mero uso, el cartucho B presentaba, además de esto, muestras de suciedad claras que, como mínimo, impedían su correcta lectura. El especuló que, aunque no era visible a simple vista, seguramente habría en marcha reacciones químicas a nivel microscópico que podrían desembocar en la destrucción parcial o total de los conectores.
De esta curiosa investigación se sacan varias conclusiones razonables, como que lo ideal es mantener y conservar los juegos en el mejor estado posible. Esto implica tenerlos dentro de sus cajas, y en habitaciones o estancias donde no haya cambios drásticos de temperatura o condiciones de humedad inapropiadas. Si efectivamente un juego no funciona porque tiene suciedad en los os, en este caso soplar no es algo aconsejable porque estaremos empeorando el estado del juego y contribuyendo a su desgaste, sino que lo que hay que hacer es desensamblar el cartucho con las herramientas adecuadas y realizar una limpieza a fondo de la zona afectada con alcohol isopropílico y bastoncillos para limpiar y desinfectar sin que los componentes electrónicos se dañen. Además, el alcohol se evapora con rapidez y no deja residuos, por lo que prácticamente en cuanto volvamos a ensamblar la placa con el cartucho, no hay peligro a la hora de probar de nuevo a encender la consola con el juego dentro.
En definitiva, incluso en el presente, muchos jugadores siguen creyendo, erróneamente, que la acción de soplar un cartucho sirve para hacer que los juegos funcionen cuando lo que en realidad funciona es sacarlos e introducirlos de nuevo con firmeza, asegurándose de que hay un buen o entre juego y consola. Si un juego está sucio, entonces requiere de una limpieza concienzuda en lugar del clásico soplido, ya que esto último puede ir dañando poco a poco, y sin que lo sepamos, a nuestros queridos juegos retro.