Retro
El polémico anuncio de Sega que ridiculizaba la pantalla sin color de la Game Boy de Nintendo y que hoy sería censurado
Recordamos el divertido anuncio de Game Gear protagonizado por Ethan Suplee (’Me llamo Earl’) con el que Sega se burlaba de lo mala que era la pantalla de Game Boy en comparación con la de Game Gear.

Durante los años 90, Sega y Nintendo fueron enemigas acérrimas no solo en el panorama de las consolas de sobremesa —donde Mega Drive compitió contra Super Nintendo—, sino también en el terreno de las videoconsolas portátiles. Aunque Game Boy terminó ganando por goleada en ventas a Game Gear, Sega presumía de que su portátil contaba con una pantalla a todo color mientras que la máquina de Nintendo era monocroma mediante un divertido anuncio televisivo. En él, un Ethan Suplee adolescente —y a quien conoceríamos a posteriori por su papel en ‘Me llamo Earl’—, se golpeaba la cabeza con un palo para intentar ver colores en su Game Boy, frustrado ante la ausencia de los mismos.
Marketing salvaje de los 90: el anuncio de Game Gear con el que Sega presumía de que su consola tenía pantalla a color iluminada
El anuncio en cuestión, emitido en Estados Unidos en 1994, presentaba a un joven frustrado mientras jugaba con una Game Boy, debido a que su pantalla solo mostraba cuatro tonos de una escala de grises y negros, sin colores propiamente dichos. El chico, interpretado por un jovencísimo Ethan Suplee —años antes de que alcanzase cierta fama gracias a la serie de comedia ‘Me llamo Earl’—, miraba la pantalla monocroma con resignación y, en un intento por “ver colores”, decidía golpearse la cabeza con un palo. El mensaje era directo y sin sutilezas: si querías una consola portátil a color, tenías que olvidarte de Game Boy y comprarte una Game Gear. Una forma de burla que hoy en día sería impensable de emitir por su tono provocador, su humor negro y las implicaciones de autolesión.
La campaña encajaba perfectamente en la línea de marketing agresivo que Sega of America, con Tom Kalinske al volante, adoptó a principios de los 90, especialmente con el eslogan “Genesis does what Nintendon’t” (cuya traducción aproximada es “Mega Drive es capaz de lo que Nintendo no”). En plena guerra de consolas, la compañía no dudaba en señalar directamente a Nintendo y resaltar sus debilidades, burlándose abiertamente de sus consolas y sus respectivos catálogos. Este enfoque irreverente, sarcástico y desafiante funcionó muy bien con Mega Drive (llamada Genesis en EE. UU.), permitiendo que ganara terreno y relevancia frente a la aparentemente invencible Super Nintendo en el mercado norteamericano. Los anuncios no se andaban con rodeos: apuntando al target de los adolescentes y jóvenes adultos, la idea básica era mostrar que Sega era más moderna, más atrevida… y más molona.
Sin embargo, en el terreno de las portátiles, la historia fue muy diferente. A pesar de que Game Gear contaba con una pantalla a todo color con iluminación trasera —algo impresionante para la época—, su rendimiento en el mercado no estuvo ni cerca del de Game Boy. Mientras que la portátil de Nintendo vendió más de 118 millones de unidades, Game Gear apenas superó los 10 millones. ¿El principal motivo? Su pantalla, aunque era espectacular, consumía pilas a un ritmo vertiginoso: seis pilas AA que duraban poco más de tres horas de juego. Frente a esto, Game Boy ofrecía una experiencia mucho más eficiente y accesible para los bolsillos, con una autonomía muy superior que podía alcanzar las 15 horas con cuatro pilas AA precisamente gracias a su pantalla monocroma, y un catálogo que no paraba de crecer tanto con ports de juegos de NES como con muchos títulos originales y de calidad.

En retrospectiva, este anuncio de Sega es un ejemplo perfecto del tipo de publicidad que reinaba en los años 90: provocadora, directa y sin miedo a cruzar todo tipo de líneas rojas. Hoy día sería impensable mostrar en televisión a un chaval golpeándose la cabeza para anunciar una consola de videojuegos, pero en su momento fue simplemente una maniobra más dentro de una batalla comercial sin cuartel. Aunque Sega no logró arrebatarle el trono de las consolas portátiles a Nintendo, dejó claro que sabía cómo hacerse notar, dejándonos para el recuerdo perlas televisivas como la que protagonizó Ethan Suplee. Si se trataba de una genialidad publicitaria o de una barbaridad censurable depende enteramente de los ojos del espectador.