Cine
Robert De Niro y el sistema Stanislavski: aprendió siciliano, se destrozó la dentadura y abusó tanto del alcohol como del tabaco
El mítico actor estaodunidense logró sus mejores papeles mimetizándose con los personajes a los que interpretaba, sin importar el precio a pagar por ello.
Antes de nada y para que nadie se vuelva loco, es conveniente aclarar que el sistema o método Stanislavski es una técnica teatral desarrollada por el ruso Konstantin Stanislavski, basada en la psicología del actor y la creación de personajes lo más realistas posibles. En otras palabras, es una serie de pautas que un actor debe seguir si quiere mimetizarse con el personaje al que interpreta y, de algún modo, sentirse como si fuese él. Hay muchos actores y actrices que trabajan con esta metodología: Adrien Brody, Al Pacino, Anne Hathaway… Aunque el mejor ejemplo de todos es, probablemente, Robert De Niro.
Él era Don Vito Corleone
En ‘El padrino 2’, Robert De Niro interpreta a Don Vito Corleone. Es, sin lugar a dudas, uno de los papeles más importantes de su carrera, por lo que se preparó concienzudamente para bordarlo. Una muestra perfecta de su implicación es el hecho de que decidiese pasar cuatro meses viviendo en Sicilia para aprender siciliano, el idioma que Corlone emplea en algunos momentos de la película. Es muy destacable el hecho de que no es lo mismo hablar italiano que siciliano, una lengua romance hablada en la isla de Sicilia, en el sur de Italia.
Quería dar más miedo que nadie
Su inolvidable personaje en ‘El cabo del miedo’ (Max Cady) nos puso los pelos de punta en más de una ocasión, y no solo por su perturbada personalidad; también por su desagradable aspecto. Para lograrlo, Robert De Niro cometió lo que para mucho sería una auténtica locura: gastó unos 5.000 dólares en un dentista con el objetivo de destrozar su dentadura natural, limando sus piezas dentales para darle un aspecto afilado. Luego, tras terminar su trabajo, invirtió otros 20.000 dólares en reconstruirla y dejarla en perfectas condiciones.
Un auténtico Toro Salvaje
La película de 1980 dirigida por Martin Scorsese es todo un clásico, en el que Robert De Niro se puso en la piel —nunca mejor dicho— del boxeador Jake LaMotta. Para lograr la mejor interpretación posible, el actor estadounidense decidió vivir exactamente como su personaje para recrear su decadente estado físico: engordó nada más y nada menos que 27 kilos en cuatro meses y siguió sus malos hábitos, por lo que no se privó ni de beber alcohol ni de fumar tabaco.
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