Cine
Ni Bruce Lee ni Chuck Norris: Van Damme es el actor de cine de acción con más secuelas en las que no participó
Repasamos a fondo la filmografía de Van Damme para descubrir que muchas de sus películas tuvieron secuelas... pero sin él.

A la hora de hablar de grandes sagas dentro del cine de acción, lo habitual es que un actor destacado del género fuese el principal gancho de una de estas franquicias. Por ejemplo, Sylvester Stallone encabezó ‘Rambo’ y ‘Rocky’, mientras que Arnold Schwarzenegger ha estado estrechamente vinculado con ‘Terminator’. Jean-Claude Van Damme, en cambio, es un ejemplo de todo lo opuesto: mientras que ha participado en varias entregas de las sagas ‘Kickboxer’ y ‘Soldado Universal’, la carrera del belga ha sido notable porque muchas de sus películas han tenido secuelas, sí, pero sin su participación. En este texto repasamos la carrera y la filmografía de Van Damme, muy llamativa por dar lugar a incontables secuelas, normalmente directas a vídeo, en las que no apareció:
Vandammexploitation: el fenómeno del cine de acción de los 80 y 90 en el que muchas películas de Van Damme tuvieron secuela sin él
Aunque el término Vandammexploitation no esté acuñado como tal entre los cinéfilos, describe a la perfección un fenómeno curioso del cine de acción que se ha dado, principalmente, durante las décadas de los 80 y 90. A grandes rasgos, se puede definir como que muchas de las películas protagonizadas por Jean-Claude Van Damme dieron lugar a secuelas que no contaron con él pero aún así pretendían capitalizar su éxito. Durante su carrera, Van Damme se convirtió en el rostro de muchas cintas icónicas como ‘o sangriento’ (1988), ‘Kickboxer’ (1989) o ‘Cyborg’ (1989), y estos largometrajes tuvieron secuelas que expandían el universo de las originales... aunque sin su estrella principal y contando con otros intérpretes en su lugar. Esto ha propiciado que, en tiempos recientes, se describa a JCVD como la estrella de acción más “remakeada”.
Las secuelas de ‘o sangriento’, por ejemplo, sirvieron de trampolín a Hollywood para Daniel Bernhardt, uno de los especialistas de cine y artistas marciales más destacados del panorama actual, conocido por sus aportaciones a las sagas ‘Matrix’ y ‘John Wick’ con Keanu Reeves. Bernhardt protagonizó tres secuelas de la ‘Bloodsport’ original de Van Damme: ‘Bloodsport II: La mano de hierro’ (1996), ‘Bloodsport III: The Ultimate Kumite’ (1997) y ‘Bloodsport: Matar o morir’ (1999).

Un caso similar ocurrió con ‘Cyborg’: a la cinta original de 1989 le siguieron ‘Cyborg 2′ (1993) y ‘Cyborg 3: The Recycler’ (1994). La segunda entrega fue notable porque supuso el primer papel principal de Angelina Jolie, quien a posteriori se convertiría en una de las actrices más cotizadas de Hollywood y uno de sus grandes iconos sexuales.

‘Kickboxer’, por su parte, también contó con varias secuelas: ‘Kickboxer 2′ (1991), ‘Kickboxer 3: El arte de la guerra’ (1992), ‘Kickboxer 4: El agresor’ (1994) y ‘Kickboxer 5: Revancha’ (1995). Las cuatro primeras sirvieron para que Sasha Mitchell, un artista marcial estadounidense, pudiese lucirse, aunque no llegó a dar el salto a la fama. La quinta entrega, en cambio, estuvo protagonizada por Mark Dacascos, una cara relativamente conocida dentro del género de acción.
Esta franquicia en particular fue notable porque Van Damme sí volvió para su reinicio: ‘Kickboxer: Venganza’ (2016), donde Van Damme interpretaba al mentor del protagonista, el Maestro Durand. Alain Moussi es quien encabezó este filme, así como ‘Kickboxer: Contraataque’ (2018), su secuela. Y a finales de 2025 se estrena la tercera parte de esta nueva trilogía: ‘Kickboxer: Armageddon’.

Incluso su participación en películas como ‘Soldado universal’ (1992) generó secuelas en las que tampoco se contaba con su presencia, como ‘Soldado universal 2. Hermanos de armas’ (1998) y ‘Soldado universal 3: Desafío final’ (1998), donde Matt Battaglia encarnaba a Luc Deveraux, el papel de Van Damme en la original. Eso sí, tal y como sucedió con Kickboxer, JCVD sí regresó para una nueva secuela y el posterior reboot de esta franquicia: ‘Soldado Universal. El retorno’ (1998), ‘Soldado universal: Regeneración’ (2009) y ‘Soldado universal: El día del juicio final’ (2012).

Este fenómeno no se limitó únicamente al ámbito de las secuelas directas a vídeo, sino que también llegó al formato serie de televisión. Por ejemplo, ‘Timecop’ (1994) tuvo una serie de televisión de idéntico nombre emitida en 1997, y, al margen de esta, una secuela llamada ‘Timecop 2: La decisión de Berlín’ (2003), protagonizada por Jason Scott Lee.

Otras tantas secuelas y proyectos relacionados con varias de sus películas más famosas han ido surgiendo con el paso de los años: ‘Street Fighter: La leyenda’ (2009), ‘Street Fighter: El puño asesino’ (2014), ‘Blanco humano 2′ (2016) o ‘Welcome to Sudden Death’ (2020) son otros de los nombres de obras que con el paso de los años han intentado, con mayor o menor fortuna, capitalizar el éxito de la querida estrella de acción nacida en Bélgica.

La Vandammexploitation ha sido comparada con la explosión de la Brucexploitation de la década de los 70 tras la muerte de Bruce Lee. Al igual que ocurrió con Lee, tras su éxito mundial, el nombre de Van Damme y las películas que protagonizó se convirtieron en una marca en sí misma que podía ser explotada por otras productoras. Tal y como ya pasó con las múltiples películas no oficiales que intentaban capitalizar la popularidad de Lee, las secuelas sin Van Damme buscaban seguir la estela de su éxito y aprovechar su notoriedad, pero sin contar con el propio actor.
Este fenómeno refleja con gran precisión cómo la industria del cine de acción de los 80 y 90 se centró más en la explotación de marcas y franquicias que en la originalidad, el desarrollo de historias nuevas o impulsar a nuevas estrellas. Esta saturación de secuelas de baja calidad, que además no contaban con el protagonista de las originales, contribuyeron al declive general del género en la época. Reciclar personajes, premisas y situaciones ya conocidas era una práctica rentable que permitía ganar dinero rápido, aunque el desgaste del género, así como la confianza erosionada del público, propiciaron que muchos espectadores comenzaran a perder el interés, lo que a su vez fue parte de la razón por la que Van Damme perdió notoriedad con la entrada de los 2000.
El motivo por el que muchas de las películas de Jean-Claude Van Damme han tenido secuela sin su participación directa
A grandes rasgos, el origen de la Vandammexploitation se puede explicar como ánimo de lucro y afán de dinero fácil por parte de algunas productoras de cine. A base de producir sin ton ni son secuelas de bajo presupuesto, era posible seguir rentabilizando el éxito de películas previas cuyos derechos ya poseían. Ciertas productoras con las que trabajó Van Damme a lo largo de su carrera, como la Cannon o TriStar, vieron una oportunidad de oro para continuar explotando su fama pero sin contar con él, ya fuese realizando estas secuelas ellos mismos, o vendiendo los derechos para que otros estudios pudiesen producirlas. La fórmula era sencilla: crear nuevas historias muy similares a las anteriores, con los mismos personajes y/o situaciones.

En lugar de invertir para traer de vuelta a Jean-Claude Van Damme y hacer una secuela al uso, o gastar ese dinero para “crear” a una nueva estrella, las productoras optaban por hacer secuelas directas a vídeo que reciclaban de manera flagrante tanto a los personajes como a la premisa básica de las películas originales. Esta fórmula garantizaba cierto nivel de reconocimiento inmediato entre los fans del actor vía boca a boca, que esperaban poder disfrutar de una aventura con la misma magia que la de las películas anteriores, pero sin el carisma que Van Damme aportaba.
En cualquier caso, esta sobreexplotación de la filmografía de Jean-Claude Van Damme plantea una interesante reflexión sobre la naturaleza del cine comercial y su tendencia a explotar de manera excesiva ciertas franquicias. Muchas de estas secuelas pasaron sin pena ni gloria por los videoclubes, y, en definitiva, la Vandammexploitation puso de manifiesto cómo las productoras priorizaban la rentabilidad a corto plazo sobre cualquier otro factor.

Sin embargo, no todo ha sido negativo; Daniel Bernhardt saltó a la fama gracias a las secuelas de ‘Bloodsport’, y es probablemente el mayor caso de éxito que nació de estos “refritos” de baja calidad. Tras su participación en las sucesivas ‘o sangriento’, Bernhardt logró consolidarse como uno de los especialistas de cine y actores más cotizados y reconocidos del Hollywood actual, con roles en franquicias de renombre como ‘Matrix’ y ‘John Wick’. En última instancia, aunque la sobreexplotación de estas franquicias dejó muchas obras que son simplemente olvidables, también abrió puertas a nuevos talentos dentro de la industria.