Análisis de Rosewater: Ambiciosa aventura gráfica con alma de Western

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Rosewater es una aventura gráfica que llevamos años incluyendo en nuestros reportajes con lo más esperado del género. Se trata de un título sumamente ambicioso, con más de 6 años de desarrollo a sus espaldas, y además está creado por Francisco González, responsable de aventuras gráficas del calibre de A Golden Wake, Shardlight o la estupenda Lamplight City. Teniendo todo ello en cuenta resulta normal que tuviéramos marcado en rojo en nuestro calendario el 27 de marzo de este año 2025, fecha en que tan ansiado título finalmente se ha publicado. Tras dedicarle un número ingente de horas al juego, efectivamente nos ha quedado claro que estamos ante uno de los lanzamientos de mayor envergadura dentro del género, un título enorme y con unos elevadísimos valores de producción en todos sus apartados.

Y pese a ello, el juego nos ha dejado un regusto un tanto amargo, ya que apuesta por un desarrollo excesivamente narrativo y cinemático por momentos, adoleciendo de ciertos problemas de ritmo que quizá rechinarán a los jugadores más veteranos del género. También resulta un tanto lineal y cerrado, pese a que está trufado de multitud de eventos aleatorios e infinidad de situaciones que dependen de nuestras decisiones, siendo además una aventura muy extensa y rejugable, ya que según nuestros actos el guión varía drásticamente. En última instancia, nos queda la sensación de que toda esta ambición y múltiples alternativas le pasan factura a la jugabilidad, en concreto a la cantidad y calidad de los puzles, y al ritmo de la aventura, demasiado pausado y narrativo en muchas ocasiones.

En cualquier caso, hay que aplaudir el enorme trabajo detrás del título, el cual busca una escala nueva para la aventura gráfica, ofreciendo en última instancia luces y sombras. Una aventura muy larga, de entre 15-20 horas y que además es altamente rejugable, y que sitúa muy alto el listón audiovisual con unos acabados dignos de producciones mayores. No es una aventura excesivamente compleja, y además siempre hay varias alternativas para resolver los rompecabezas y avanzar en la aventura, por lo que es apta para jugadores que buscan introducirse y en el género y para veteranos en el mismo, aunque como ya hemos dicho varios aspectos del juego les resultarán disonantes a estos últimos. Otro hándicap del juego es que no cuenta con localización de sus textos al castellano, y el inglés empleado es exigente.

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Una oda al Western

Pese a compartir universo con su anterior aventura, Lamplight City, para Rosewater el señor Francisco González ha cambiado la temática Steampunk por el Western. El juego nos lanza de lleno al salvaje oeste, ambientación plasmada en pantalla de manera magistral. La protagonista de la aventura será Harley Leger, una misteriosa mujer que decide dejar su tumultuoso pasado atrás para tratar de ganarse la vida como reportera en el periódico local en el pueblo fronterizo de Rosewater. Tras un primer encargo para dicho periódico, la señorita Leger se topa con la posibilidad de encontrar una lucrativa suma de dinero siguiendo el rastro de un polémico científico que se exilió a Rosewater. En su aventura, y según las decisiones que tomemos, tendremos hasta 5 acompañantes posibles, y dependiendo de quiénes estén con nosotros ocurrirán unos eventos u otros, y tendremos diversas formas de resolver los rompecabezas.

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Las decisiones son muy importantes en Rosewater, y moldean la aventura para ramificar el guión, el cual además está generosamente trufado de eventos aleatorios. Es por ello que estamos ante una aventura muy rejugable, y de duración muy extensa además, más de 15 horas. El problema es que la trama principal se diluye radicalmente debido a todos esos eventos aleatorios, y la narrativa es demasiado invasiva en la jugabilidad, perjudicando seriamente el ritmo del juego. Hay situaciones que se repiten demasiado, y para el aventurero más tradicional ávido de resolver puzles y de tener un desarrollo más abierto con varias vías de exploración disponibles, todo ello no terminará de ser de su agrado. Hay demasiados diálogos, demasiadas secciones lineales a modo de pequeños interludios, que diluyen la trama principal y la resolución de puzles. Por fortuna, los diálogos son buenos, y los personajes tienen magnetismo.

La narrativa engulle a los puzles

Jugablemente estamos ante una aventura gráfica con control por puntero que más o menos resulta estándar para las directrices modernas del género. Con el cursor movemos a los personajes, seleccionamos interacciones con objetos y otros personajes, y elegimos las opciones adecuadas. La jugabilidad mezcla puzles de inventario, conversaciones con elección de diálogos, mini juegos de habilidad y situaciones típicas del género. Desgraciadamente, la narrativa y el desarrollo dirigido marcan de manera demasiado férrea el ritmo de la aventura, y los puzles acaban demasiado diluidos y no resultan especialmente brillantes. Desgraciadamente, el título no cuenta con localización de textos al castellano, siendo el nivel de inglés empleado bastante exigente.

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En el apartado visual brilla con fuerza esa ambición que impregna el título, destacando el empleo de la técnica del rotoscoping para conseguir unas animaciones muy fluidas y creíbles, luciendo además mucho detalle tanto en sprites de personajes como en escenarios y los diversos elementos que pueblan los mismos. El trabajo de doblaje, en perfecto inglés, también resulta muy profesional, realizando una estupenda labor de caracterización de todos los personajes.

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