Un derbi en A Malata con algo que ganar, más que perder
El Racing de Ferrol necesita una victoria balsámica tras su nefasta temporada. El Deportivo, dar carpetazo casi definitivo a la permanencia. Digerir una derrota sería complicado para ambos.


El derbi de las Rías Altas de este sábado no será el más trascendente de la historia por las circunstancias particulares de cada contendiente. El Racing de Ferrol, a 14 puntos de la salvación con 30 por disputarse, está virtualmente descendido. Ya no sólo por la distancia, sino porque sólo ha sumado 5 de los últimos 39. El Depor, por su parte, transita en tierra de nadie, aunque más cerca del peligro que de la felicidad: 7 puntos con el descenso y 9 con el playoff. El momento es un poco más dulce, ya que suma cinco jornadas invicto, su mejor racha de la temporada. Eso sí, sumando 7 puntos de 15, lo que explica en gran parte sus limitaciones para intentar mirar hacia la zona noble en serio (sigue el partido en directo en as.informativomineiro.com).
La victoria no es vital, pero sí importante. Para el Racing de Ferrol, que suma ocho sin ganar y un solo triunfo en toda la temporada en casa (Elche), derrotar al vecino sería balsámico. Por encima de esto está la afición racinguista que, a pesar del constante drama vivido partido tras partido, ha agotado las entradas. Un dato que demuestra la importancia que se le concede al derbi después de una caída constante de las entradas registradas en A Malata, tocando suelo en el último encuentro ante el Eibar (4.284 espectadores). También se volcaría la afición deportivista, pero sólo ha recibido 210 localidades, algo que no ha gustado nada en A Coruña. Pasión en las gradas en un duelo declarado de ‘Alto Riesgo’.

Para el Deportivo, ganar también supondría un chute de optimismo y dejar la permanencia casi sellada. Los de Gilsanz se situarían con 45 puntos, a cinco de los míticos 50 con nueve jornadas por delante. Por el contrario, perder sería un jarro de agua fría que se convertiría en helada al sumarse al empate del domingo pasado en Riazor ante el colista Cartagena; por mucho que se jugase con diez casi todo el partido. Para el Racing, un nuevo golpe podría encender a la paciente grada de A Malata y generar un ambiente irrespirable hasta el final de temporada. Eso sí, las formas en que suceda todo importan, y más en un derbi.
Una de las claves del derbi, y casi obsesión, está en el gol. En el bando local es obvia, ya que el Racing de Ferrol es el equipo menos realizador de toda Segunda con sólo 18 tantos marcados por los 51 recibidos. El registró es tan pobre que el Deportivo ya supera ampliamente esa marca sólo con los goles que ha logrado lejos de Riazor (25). Los problemas racinguistas se incrementan aún más cuando se enfrentan a los blanquiazules, contra los que suman cinco partidos, 492 minutos, de sequía. Claro que para el Depor, como recordaba Gilsanz, A Malata tampoco es territorio propicio. Los coruñeses han sido incapaces de marcar en su tres últimas visitas y su último gol en Ferrol se remonta a noviembre de 2002 en Copa con victoria visitante (3-4). Diego Tristán marcó los dos primeros y Albert Luque los dos siguientes y últimos del Depor en el estadio racinguista.
Sin sorpresas en los onces
Por todos estos motivos, Alejandro Menéndez pondrá toda la carne ofensiva del equipo sobre el asador. Tanto Eneko Jauregi como Álvaro Giménez apuntan a la titularidad, con la escolta por las bandas de Heber por la izquierda y Josu Dorrio, recuperado de un proceso vírico, por la derecha. En la enfermería siguen dos habituales en los últimos tiempos como Luis Perea y Erick Cabaco, que si todo va por el cauce de recuperación establecido, podrían ir entrando progresivamente con el grupo para estar óptimos de forma para las próximas convocatorias.
Gilsanz, por su parte, tiene un enorme problema en los laterales tras las sucesivas lesiones de Escudero, Obrador y Ximo. El preparador deportivista tiene diversas opciones de emergencia, incluso cambiar el sistema. Sin embardo, todo indica que mantendrá su habitual plan del 4-2-3-1 con Petxarroman por la derecha, Pablo Martínez por la izquierda y Dani Barcia junto a Pablo Vázquez en el eje de la zaga. A partir de ahí, el once habitual con el regreso a la titularidad de David Mella tras ser suplente ante el Cartagena por molestias físicas. De la actual plantilla, hay dos jugadores que ya saben lo que es marcar en el derbi. Uno es Villares, que lo hizo en Riazor hace dos temporadas (2-0). Yeremay, que decidió el partido de la primera vuelta en el mismo escenario (1-0), fue el último.
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