Saúl nunca se esconde
El mediocampista ilicitano, que ejerció de capitán del Sevilla en San Sebastián, cuajó su partido más completo esta campaña. “El trabajo siempre paga”, afirma.
Saúl Ñíguez apareció de manera salvadora en el área del Sevilla en una de las últimas jugadas y despejó el balón para evitar el empate de la Real Sociedad. El momento anduvo, como buena parte del encuentro del centrocampista ilicitano, repleto de redención. Fallón en el pase y flojo en la marca durante el inicio, Saúl parecía condenado en San Sebastián a ofrecer la imagen dubitativa de casi siempre este año, su primero en Nervión, sobre la que ya arreciaban no pocas críticas. Pero no: se entonó y creció con los minutos, como todo el equipo. Incluso dio a Ejuke el balón que supuso el gol del nigeriano. En realidad, tal y como resume su entrenador y sus propios compañeros, el ex del Atlético nunca se esconde.
Ante la baja de Gudelj y las suplencias (ya crónicas) de Suso y Marcao, Saúl portó el brazalete. Y, como tantas otras veces en las que el resultado no acompaña, salió ante los medios en modo gran capitán: “La victoria ante la Real es tremendamente importante, ya merecimos antes los tres puntos y se nos escapaban. En el pasado nos finalizaban fácil y el Sevilla esta vez fue solvente. ¿Europa? Partido a partido, tenemos que seguir en la misma línea. Estamos construyendo algo bonito, la afición lo da todo y nos exige como lo que somos, un grande”.
“El trabajo siempre paga”, resumía el ilicitano sobre la victoria y, especialmente, sobre el gol de Chidera Ejuke, en el que se ve reflejado porque ambos sufrieron una dura y molesta lesión muscular a mediados de campaña. “Ejuke ha tenido su premio. Vivió momentos duros tras su lesión pero sabía que saldría de ahí. La gente cuando se entrena bien, puede jugar bien y Chidera es el claro ejemplo de eso. Siempre ha estado con buena cara, priorizando el equipo antes que el yo y todos nos alegramos muchísimo de ese gol”.
Aunque firmó como cedido hasta junio de 2025, la intención de todas las partes es que Saúl siga en el Sevilla al menos hasta 2026 y ahí es donde entra un pacto verbal al que prácticamente también dio su Ok el Atlético, club al que el verano que viene todavía le unirá un año más de contrato. El Sevilla certificó en Donosti un buen trozo de salvación virtual y aunque nadie en Nervión quiere hablar de competición europea, los puntos le han colocado en una posición que contribuiría definitivamente a que el de Elche, de 30 años, continúe vistiendo como sevillista la próxima temporada.
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