Una mirada a Breslavia y otra a Singapur
El Betis recibe al Valencia con todos sus focos puestos en la final de la Conference League. Su rival espera el plan incierto de Peter Lim.
Hay un cierre de Liga en el Benito Villamarín pese a que ni Betis ni Valencia piensen demasiado en ello. Los verdiblancos tienen todos sus sentidos puestos en la final de Breslavia ante el Chelsea, esa cita convertida ya en historia y que pretende serlo aún más. Su oponente tampoco tiene incentivos ligueros sobre el césped y su mirada se dirige a Singapur, centro de las operaciones de Peter Lim para que se dibujen las líneas de un futuro repleto de incógnitas. Sobre el césped habrá miedos y también despedidas. Oportunidades y momentos de emoción. Pellegrini quiere que su equipo llegue lanzado a la final para que los estados de ánimo olviden el caos del Metropolitano. Y Corberán pretende marcar su nuevo punto de partida.
Las ilusiones son muy diferentes en Betis y Valencia. Los locales sienten que es su momento mágico. Que nadie se lo va a robar. Que ir a Polonia es medio sueño y que el otro medio está de cierta manera en sus manos. El cuadro che sabe que tiene una oportunidad para reiniciar su plan y convertirlo en uno más fiable que el último. Con Corberán a los mandos. Pero con la incertidumbre por bandera. Como ya ocurrió en las campañas precedentes.
El Betis tiene su dilema propio. ¿Titulares a escena o rotación a medias? Nadie sabe con certeza cuál es el mejor plan para la final. Quizás ni siquiera Pellegrini. Medirá esfuerzos y también querrá dar ritmo competitivo a sus piezas claves. Isco y Antony siempre quieren estar. Otros buscan su reivindicación para ganarse un billete a la final. El joven Mendy tendrá otra prueba para crecer en la zaga mientras Cucho amenaza con completar su feliz aventura de medio año en Heliópolis. El Villamarín querrá dar su penúltimo aliento antes de su gran final. Aunque también esté en ella.
El Valencia sabe a despedidas. La de Mamardashvili resulta casi sinónimo de revolución. La meta de Corberán no volverá a ser la misma. Él quiere un adiós triunfal y también espera saber con qué plantel contará mañana, cuando el último trámite se complete. La pelota estará en manos de Lim porque él ya cumplió con su parte. En Heliópolis se mira hoy a muchos sitios. Pero las certezas son escasas para ambos.
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