Potrillos, aspirinas y una ‘Xabineta’
Para lograr su plan de entrenar al Madrid, Xabi Alonso midió sus movimientos: apostó al Sanse y a la cultura del Leverkusen.


Si algo se puede extraer de la carrera del Xabi Alonso futbolista y del Xabi Alonso entrenador es que siempre ha sabido qué peldaños pisar. Le pasó ya de joven, con el primer ejemplo en su padre, Perico, que sin consultar siquiera a un Xabi con acné y 18 años le embarcó en una cesión en el Eibar clave para su futuro posterior en la Real. Pasos medidos, en hábitats idóneos para poder fallar y aprender sin presión. Lo replicó en su salto a los banquillos: primer escalón, Infantil A del Real Madrid, segundo la Real Sociedad B en Segunda B y el tercero y definitivo, un Bayer Leverkusen necesitado pero muy dispuesto a tener paciencia con un técnico joven. En seis años, de entrenar en categoría Sub-14 a levantar la preciada bandeja de campeón de la Bundesliga. Pasos sabios que le han conducido velozmente al banquillo más codiciado del planeta.
“La Segunda fue una mili dura... Me tocó dominar otro tipo de fútbol”
Xabi Alonso, en 'Universo Valdano'
“Sin focos, fue un banco de pruebas...”. Así definía años más tarde, en Universo Valdano, la decisión de mudar sus bártulos de La Fábrica a Zubieta para coger a la Real Sociedad B. “Tenía todo el sentido del mundo...”. Allí le tocó enseñar a los potrillos del Sanse (se les conoce así por la cercanía de Zubieta al hipódromo) y tan bien lo hizo que devolvió al filial txuri-urdin a Segunda División por primera vez en 60 años. Con lectura personal. “Ir a medirme a entrenadores como el del Leioa o el Amorebieta, o a Calero en el Burgos, me enseñó muchísimo... Y aprendí de Imanol. En Segunda fue otra cosa, fue una mili dura”.
Esa temporada 2021-22 en la categoría de plata fue un camino con plomo en los tobillos para el tolosarra. 22 derrotas. Asignaturas más ingratas. “Tuve que empezar a dominar otras facetas, el cómo defender centros laterales, cómo achicar balones... otro tipo de fútbol”, explicó, de entrenador a entrenador, a Valdano. Xabi no logró salvar el descenso, pero dejó legado. Ese año en Segunda empleó a 34 futbolistas. Un buen número está ahora entre la élite o en vías de hacerlo: Olasagasti, Turrientes, Pablo Marín, González de Zárate, Robert Navarro, Álex Sola, Karrikaburu, Aldasoro, Valera... Bienes tangibles.
Vacaciones. Como bien ha mostrado Xabi en su periplo, tiene un sexto sentido para agarrar la mejor oportunidad. Dejó pasar aquel verano entre Tolosa e Ibiza, oportunidades interesantes como la del Olympique de Marsella y la paciencia llamó a su puerta.
Una Bundesliga increíble
El Leverkusen, con fama de equipo perdedor en Alemania, estaba en crisis en octubre y necesitaba un desfibrilador para salir de las catacumbas de la Bundesliga (en la octava jornada era penúltimo) y recibir en vena mentalidad ganadora. El club de la Bayer, el de la aspirina, se la jugó al efecto efervescente que podía darles Xabi, y Xabi, a comenzar en un banquillo de nivel, en un país conocido y en una entidad con una cultura de seriedad. Lo buscado. Con su inseparable Sebas Parrilla con el que hacía dupla desde Valdebebas, le quitó la jaqueca al Leverkusen de un plumazo. “Le veo un gran potencial a este equipo”, avanzó nada más llegar. No era un típico ejercicio de bienquedismo. Sabía lo que decía y el porqué de ir allí. “Alemania es un entorno agradable para el entrenador joven, hay paciencia”, diría después. La Xabineta echó a rodar y el resultado es conocido: la temporada siguiente conquistó la más sorprendente Bundesliga en este siglo, sin una derrota y dejando al Bayern con dos palmos de narices...
“No es muy sano para la cabeza las vueltas que le damos a todo...”
Xabi Alonso, sobre la figura del entrenador
No sólo títulos (Bundesliga, Copa y Supercopa), también enseñanzas. Dominar el estilo alemán, donde hay “mucho caos, te generan estrés a la hora de poder dominar el juego”. Una obsesión. Y su aspiración ahora con el Madrid. Deberá exprimirse. “¿Los entrenadores? No es muy sano para la cabeza las vueltas que le damos a todo”, se quejaba entre risas a Valdano en aquella entrevista. Pero no le queda otra, ahora está en el destino para el que trazó su meticuloso plan.
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