‘Pitoniso’ Garagarza
Lo vaticinó el director deportivo en octubre: el Espanyol no podía tener otro objetivo que salvarse en la última jornada. Depende de sí mismo, aunque nadie esperaba ya llegar a este escenario.


Hace ya casi una década que nos dejó el Pitoniso Pito, aquel simpático ‘alter ego’ del periodista Ricardo Pastor, y nos quedamos sin los pronósticos sobre el desenlace de la Liga a falta de diez jornadas. Pero, sin saberlo, ha acabado apareciendo otro vidente capaz de predecir el futuro. O, cuando menos, en qué momento se resolvería el destino de este inestable Espanyol 2024-25. El del retorno a Primera tras su segundo descenso en tres cursos. ¿Será para quedarse? ¿O habrá un tercer drama en solo un lustro?
“El objetivo de este año del Espanyol y que todos firmaríamos es salvarnos en la última jornada en nuestro estadio y dejar a tres por debajo. No hay más. No podemos pensar en otra cosa”. Estas palabras, publicadas en una entrevista con ‘El Periódico’ el lejano 12 de octubre, proceden del Pitoniso Garagarza. Criticadas de inicio por el evidente conformismo que desprenden, objeto de mofa no hace demasiadas semanas cuando la permanencia parecía virtual, resulta que el vaticinio del director deportivo era más fiable que los de Nostradamus.

El Espanyol se jugará el todo o nada en la última jornada. En casa, donde se tiró siete meses sin perder y le arropa su gente, y ante Las Palmas, que ya está descendido. Lo cual ahora mismo sirve de poco consuelo, cuando Getafe y Alavés este domingo, como antes Sevilla, Girona o Valencia han ido haciendo sus deberes, salvándose, y el Leganés cumplía su parte de la misión en el estadio de Gran Canaria, mientras que el equipo perico ha enlazado cinco derrotas consecutivas, ha sumado un punto de los últimos 18, tras aquella vuelta de honor en el RCDE Stadium, en la victoria frente al Getafe (1-0), donde se celebró algo que no se había conseguido.
Ante Osasuna sufrió el Espanyol más de lo mismo. Condenado en las últimas semanas por genialidades del rival (Yeremy Pino, Antony, Lamine Yamal…), también les ha sacudido a los de Manolo González el típico infortunio de quien va en caída libre, como aquel rebote en Kumbulla en el tercer gol del Leganés o el 1-0 en El Sadar de Budimir, quien marca hasta sin pretenderlo. Y, como quien pisa mierda, ahora que recuperará a Cabrera pierde (ya para siempre) al otro central, el internacional albanés, por acumulación de amarillas.

Así pues, le tocará a los jugadores hacer un ‘reset’ durante la semana, olvidando estas últimas jornadas y recordando que hasta hace no demasiado tiempo, como adivinaba Pitoniso Garagarza, cualquier perico hubiera firmado este escenario que ahora mismo suscita pánico: depender de sí mismos para salvarse. Ganar para seguir en Primera. Otro 23 de junio, otra verbena de San Juan como la del ascenso frente al Oviedo, otra muesca en el infartante paso de Manolo por el primer equipo. O mucho más allá otra tarde de Murcia (que también estaba descendido) en 2004, otra noche de Coro en 2006. “Això és l’Espanyol…”.
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