Montjuïc, sin animación
El Barça, que prepara su regreso al Spotify Camp Nou, confía en que este sea su último Clásico en la montaña mágica, donde surgió la guerra entre la Grada d’Animació y Joan Laporta.


El Barça espera que el de este domingo sea, para siempre, su segundo y último Clásico en el Estadi Olímpic Lluis Companys. El primero no le fue nada bien. Un gol de Bellingham en el minuto 92 dejó en silencio Montjuïc. Aunque eso nunca fue noticia en la montaña mágica. El Lluís Companys ha sido un estadio frío, y el problema del ambiente lleva agudizado desde noviembre. Fue entonces cuando el presidente, Joan Laporta, decidió clausurar la Grada d’Animació, que incluía a cuatro grupos (Penya Almogàvers, Nostra Ensenya, ers Barça y Front 532), por no pagar las multas que el club tenía pendientes por mal comportamiento, y que ascendían a 21.000 euros. El Barça argumentó en su día que los grupos se comprometieron a hacerse cargo de las mismas. La Grada d’Animació discrepaba. En la clausura, también subyacía, y subyace, la recolocación de ese grupo concreto de aficionados en el nuevo Spotify Camp Nou. Primero, se había anunciado que los cuatro grupos pasarían del Gol Nod, como siempre habían estado, al Gol Sud. Pero el cambio nunca se concretó y el Barça cambió de idea y anunció un proceso participativo para terminar de definir cómo será el futuro espacio de animación.
Jugadores y técnico están cansados de Montjuïc. “Espero que el año que viene, en nuestra casa, podamos vivir un ambiente como el de aquí hoy”, se sinceró Hansi Flick en la rueda de prensa del Giuseppe Meazza el pasado martes. El Lluís Companys es un estadio que, por más que lo ha intentado, no ha terminado de entrar en el corazón de la gente en estos dos años de exilio que, teóricamente, deben tocar ya a su fin. El Barça espera que con el comienzo de la temporada 2025-26 llegue el regreso al Camp Nou. Para eso, todavía tendrán que correr con las obras, pero desde el Barça se insiste en que se llegará a tiempo. Un nuevo estadio, por ejemplo, para ver a Lamine, como cuando Kubala dejó pequeño Les Corts y el Barça construyó el Camp Nou.
No obstante, este domingo sí se espera ambiente en Montjuïc, por más que esté lejos de los que hay en el Camp Nou en los grandes días. Está en juego, sin embargo, una Liga, y los jugadores y el presidente ya han hecho un llamamiento a la afición para que les den soporte en un momento delicado. El Barça olía el tercer triplete de su historia en el minuto 93 del partido en Milán y ahora sabe que el Madrid le puede complicar también LaLiga. De ahí la conjura en busca del milagro.
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