Miguel es el primer delantero del Leganés… y su primer defensor
El ariete salió ovacionado de Butarque tras la victoria frente al Atlético. Sólo lleva dos goles este curso, pero acumula un derroche de esfuerzo clave. Tiene números llamativos en despejes o recuperaciones.
Miguel de la Fuente es el primer delantero del Leganés. También su primer defensa. Y ambas circunstancias complicadas por un órdago a su titularidad con un fichaje de campanillas. La llegada de Sébastien Haller a Butarque fue acompañada por el pensamiento casi único de que el costamarfileño sería titular indiscutible por delante del mismo Miguel y de Diego García. Pensamiento casi único porque él, Miguel, no lo veía igual.
Empecinado vallisoletano de sacrificio contrastado (el curso pasado jugó dos meses con el menisco roto), insistió en su esfuerzo diario para ofrecer al Leganés virtudes diferentes a los que aportaba Haller. Esas características, la mayoría basada en el esfuerzo sin descanso terminaron por convencer a un Borja Jiménez que adelantó al ‘9′ para convertirlo, desde la visita al Metropolitano (poca broma) en su ariete fetiche. El delantero que quería que jugara día sí, día también precisamente por ser algo más un delantero.
Números de sacrificio
Miguel es el primer defensa pepinero. En él se hace carne el tópico de que son los atacantes los primeros engranajes de la retaguardia por ser necesaria su esfuerzo para ensuciar la salida de balón rival e incluso para, en ocasiones, robar cerca de la meta contraria, lo que acorta también ataque y rebaja esfuerzos colectivos. Un rol que Miguel ejerce a la perfección con reflejo en las estadísticas.
Dicen los números que este ex del Valladolid o Alavés acumula en esta primera vuelta más un partido (el triunfo 1-0 ante el Atlético de Madrid) 18 recuperaciones, 13 despejes y 6 tiros bloqueados. Suma once entradas y ha ganado 40 de los 62 duelos disputados. Un derroche que también se ve en las faltas. Ha recibido 21 y cometido 18. A Miguel le dan, pero él también pega.
Son guarismos más propios de un defensa que de un ariete que, en lo que llevamos de campaña, apenas ha acumulado dos dianas (una en Liga, otra en Copa) y ambas desde el punto de penalti para ganarle al Sevilla (1-0) y ayudar en la remontada ante el Almería (2-3) respectivamente. Da igual que puedan parecer escasa aportación, porque el Leganés y su entrenador le exigen otra cosa. Lo que ya da: un derroche de trabajo. Capacidad de trabajo que en Butarque reconocen.
Ante el Atlético de Madrid, en el segundo triunfo pepinero frente un líder de la categoría (antes ya había tumbado al FC Barcelona), recibió una de las mayores ovaciones de la tarde en un aplauso infinito que la parroquia pepinera sólo dedica a los escogidos, especialmente si esos ídolos hacen del himno blanquiazul y su ‘han jugado con mucha fe’ el lema de cada bocanada de oxígeno.
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