Lucas, despedida en la sombra
Sin homenaje ni focos, eclipsado por otros adioses. La inminente llegada de Alexander-Arnold lo deja sin espacio en el sistema de Xabi...

Se ha cerrado una era. La salida de Modric y el adiós a Carletto marcaron el final de la temporada 2024-25 en el Bernabéu. Pero hay otro nombre que no apareció. Que quedó eclipsado: Lucas Vázquez. Eterno escudero, símbolo madridista, el gallego se quedó en un segundo plano. Aún no es oficial, pero su salida es un hecho. Su último baile será el Mundial de Clubes. Aunque tendrá protagonismo, la llegada de Alexander-Arnold le restará focos. Una despedida en la sombra.
Ha pasado casi una década — tiene 33 años — desde que regresó del Espanyol y se ha ganado un lugar, año a año, con su entrega y trabajo. Un símbolo de resiliencia. El eterno comodín. Parte de los recuerdos dorados de está etapa, de una etapa gloriosa. Como protagonista. Desde la primera fila. Con momentos como su penalti en la final ante el Atlético de 2016, el primero en lanzar, para sentar las bases de la primera Champions de la era Zidane. Y ha compartido vestuario con grandes leyendas. Con Cristiano Ronaldo, Marcelo, Casemiro o Luka Modric, la ‘penúltima’ leyenda en abandonar el club blanco.
“El Real Madrid es mi casa y el sitio al que llegué con 16 años. Llevo más de la mitad de mi vida aquí. Me ha ayudado a formarme como persona y como futbolista”
Lucas Vázquez, tras su renovación en 2024.
Un soldado silencioso, entre bambalinas. Un lateral por necesidad o un extremo puntual, con su verticalidad. Suplente de lujo y titular inesperado. Y en el vestuario, una figura querida, respetada, sin egos, sin polémicas. Sin necesidad de focos, de estar en el centro del escenario. Y el día de la Real Sociedad más que nunca. Su despedida, más que agridulce, no existió. Pudo pedirlo, pero no lo hizo. Tras los homenajes a Modric y la salida del entrenador que más confió en él, Ancelotti, Lucas no tuvo la suya. Todo apunta que la tendrá, sí, pero sin fuegos artificiales. Un acto tras el Mundial de Clubes. Similar al que tuvieron Marcelo o Nacho. Emotivo, pero sencillo.
Salir, saldrá. Aunque sigue siendo una incógnita su futuro. Ofertas no le faltarán. Siempre ha tenido postores, pero esa decisión todavía está por tomar. Con calma. Sin hacer ruido. Como es él. Dirá adiós. Sin pancartas ni mosaicos, pero como una leyenda. Como un obrero que ha llenado su mochila con rendimiento (400 partidos, 38 goles y 73 asistencias) y títulos. Muchos. En concreto, 23. En el Olimpo de los 123 años de historia del club.
Con cinco Champions, cuatro Mundiales de Clubes, una Intercontinental, cuatro Supercopas de Europa, cuatro Ligas, una Copa del Rey y cuatro Supercopas de España. Luchará por decir adiós con 24, con ese Mundial de Clubes que anhela la entidad. Un torneo donde vivirá a la sombra de Alexander-Arnold, pero permitirá que Carvajal se recupere sin pisar el acelerador. Su último servicio. Con Lucas se marcha un profesional, se marcha uno de los capitanes del último Madrid. Una despedida en la sombra, tras una carrera llena de luz.
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