Huracán Giuliano
El canterano solo necesitó dos remates para su doblete. A su explosión futbolística añade cada vez más presencia en el área rival. El Metropolitano, rendido.
Ole, ole, ole, Giuliano Simeone. El Metropolitano despidió por todo lo alto a su nuevo ídolo. A su jugador del momento, con respetos a De Paul y su enorme temporada. Un canterano que comenzó sin contar con minutos, fue aprovechando sus apariciones, se hizo con el puesto de titular y ha tirado la puerta abajo.
Aunque a Giuliano no se le juzga como un canterano más. Que ha tenido que salir, curtirse en sus cesiones, reponerse a una grave lesión en el Alavés y volver más fuerte. Es el hijo del Cholo. Y por eso probablemente el técnico escatima en gestos y elogios. Pero sabe que tiene un cohete por su banda derecha. Velocidad, fuerza, furia, trabajo, garra, identidad, inteligencia, capacidad de centro... y gol. El argentino se fue forjando como delantero de área en las categorías inferiores (tras llegar con 16 años para jugar en el juvenil).
Máximo goleador del filial con 25 dianas antes de poner rumbo al Zaragoza, en el fútbol profesional ha ido modificando su posición. Su potencia en carrera llevó a Luis García a darle minutos como carrilero en el Alavés. En la izquierda, apuntilló al Atlético el curso pasado. Y el Cholo tomó buena nota. Hasta encontrarle acomodo en la banda derecha. Donde se ha ganado a la grada desde el primer momento. No hay nada para un atlético como ver a un aficionado sobre el césped, dejándose la piel por los colores.
Pero Giuliano no es solo garra. Tiene recursos técnicos y especialmente un colmillo al espacio único. “Tiene lo más importante, pero le vamos a exigir que mejore. Necesita hacer goles”, expresaba Simeone el 24 de enero. Y, obediente, Giuliano se ha puesto manos la obra. Gol al Salzburgo para abrir el marcador y doblete contra el Getafe para decantar los cuartos coperos en los primeros 20 minutos. Solo necesitó dos remates. El tercero, en la segunda mitad, también fue gol. Un fuera de juego previo milimétrico de Galán le arrebató el hat-trick. Y suma cuatro dianas en total, una en Liga, una en Champions y dos en Copa.
Además, añade la asistencia a Griezmann en tierras austriacas y a Lino ante el Mallorca (para cinco en el global). Tres goles y dos asistencias en tres partidos, sustituido en todos ellos a la hora de partido. Que la cantera suministre talento y valor al primer equipo. “Lo que destaco más es su energía, es diferencial. Transmite algo que es muy difícil comprar, lo tienes o no”, le concedía su padre tras brillar en Salzburgo. Giuliano se estrenó con la absoluta albiceleste en noviembre. Tras disputar los Juegos Olímpicos, Scaloni le citó primero en septiembre ante Colombia y posteriormente en noviembre frente a Perú por la lesión de Nahuel Molina, donde sumó sus nueve primeros minutos... de muchos. Giuliano se sigue ganando al seleccionador. Ahora apunta al Santiago Bernabéu. Y llega extramotivado. Lleva al Atlético en la sangre. Mientras, crece partido a partido. La explosión de la Liga. 22 años. Qué futuro. Qué corazón. Un latido en rojiblanco.
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