Gourlay llega con noticias en la cartera

En el Valencia ha llegado la calma, con el fin de semana, después de la tempestad que creó, en la noche del jueves, el anunció de Ron Gourlay como nuevo CEO de fútbol de la entidad blanquinegra. El nuevo ejecutivo del Valencia llegará a la ciudad la próxima semana, en principio, y lo normal sería que aterrizara de la mano de Javier Solís, director general del club, que se ha quedado unos días más en Singapur para seguir departiendo con Kiat Lim.

Mientras tanto, con Solís en Singapur y sin presentación oficial, los trabajadores en Valencia siguen con su normalidad. La llegada de Gourlay no implica la salida de nadie, en principio, más allá que el nombramiento del escocés unido a la no presencia de Corona en Singapur, le señalaba como uno de los damnificados de este nuevo cambio de rumbo de la familia Lim.

No obstante, según fueron avanzando las horas se han ido recolocando las piezas, al menos a priori, y todo a la espera de que llegue Gourlay y vayan pasando los días y las semanas, siempre con la planificación del próximo curso como primera tarea a cumplimentar durante los próximos meses.

Lo lógico es que Gourlay se apoye en el trabajo que ha hecho la dirección deportiva, junto a la secretaría técnica, y la supervisión del técnico Carlos Corberán, durante todo el año. Eso sí, con el trabajo de meses hecho, Gourlay debe traer una noticia directa de Singapur que condicionará todo lo que venga después: el presupuesto para la plantilla continuará siendo ajustado, bajo los parámetros con los que se trabajaba hasta el jueves, o con su llegada y la buena sintonía de Corberán con Lim, escenificada con la famosa foto en el Straits Times, han conseguido que Lim abra la mano de cara a invertir en fichajes de un nivel (y precio) superior. Esta es la clave más importante de lo que sucederá en el futuro a corto plazo de la parte deportiva del club.

Otra de las incógnitas que conlleva la irrupción de Gourlay en el nuevo organigrama del Valencia es el papel de Corona. Hasta ahora, era el director deportivo quien trasladaba el estado de las operaciones a Peter Lim, últimamente a Kiat, para que este diera el famoso ‘ok’. Con Gourlay como CEO de Fútbol, una persona que llega directamente del entorno de la propiedad, lo más normal es que asuma personalmente las riendas de esa intermediación con Singapur. Lo que falta por ver es si Gourlay se involucrará directamente en las negociaciones, como sí hacía Mateu Alemany por ejemplo, o dejará trabajar a la dirección deportiva con autonomía.

Por último, está el papel de Carlos Corberán. El técnico fue fichado en los últimos días de diciembre y se le informó de que tenía que trabajar con la plantilla que tenía. Llegaron Sadiq, Jaime y Aarons aunque el de Cheste no influyó en ninguno. Tras el viaje de Singapur de esta semana, es una evidencia que el entrenador ha ganado mucho peso en la planificación del equipo de la temporada que viene y estará, ya lo está de hecho, desde que ha vuelto de Singapur, muy encima de lo que concierne a la planificación de la plantilla.

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