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El Espanyol-Barcelona corre riesgo de disputarse a puerta cerrada

El Espanyol-Betis tuvo que detenerse por el lanzamiento de tres mecheros, tal como refleja el acta, en un RCDE Stadium apercibido de cierre desde septiembre. Y el siguiente partido es el derbi.

El Espanyol-Barcelona corre riesgo de disputarse a puerta cerrada
GORKA LEIZA
Iván Molero
Llegó al Diario AS como estudiante en prácticas en 2002, y desde que se licenció en Periodismo por Blanquerna, de la Universitat Ramon Llull, se ha especializado en la información del Espanyol, sobre el que también ha co-escrito libros, todo ello atendiendo al seguimiento de otros equipos, deportes y eventos desde la delegación de Barcelona.
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A pesar de que el encuentro concluyó poco antes de las 20:30, el acta arbitral del Espanyol-Betis (1-2) de este domingo se hizo de rogar. Increíblemente, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no formalizó la redacción del árbitro Guillermo Cuadra Fernández hasta pasada la medianoche, cuando ya había sido publicada incluso la del Real Sociedad-Athletic Club, disputado dos horas y media más tarde. Y es mucho lo que está en juego, puesto que el RCDE Stadium está apercibido de cierre, y el próximo partido que se juega en el feudo perico es el derbi ante el Barcelona, el jueves 15 a las 21:30 horas.

Lo que tiene en vilo el normal desarrollo de ese choque de máxima rivalidad es el incidente que ocurrió en el minuto 92 del enfrentamiento entre blanquiazules y verdiblancos. Fue inmediatamente después de que Antony dos Santos anotara el gol del triunfo bético cuando desde el otro extremo del terreno de juego, en el Gol de Cornellà, el portero Adrián San Miguel advirtió a Cuadra Fernández del lanzamiento de algún objeto. Lo que parecía un mechero, y que han resultado ser tres.

El colegiado los cogió con sus manos e informó de ello, paulatinamente, a los capitanes de los equipos, a un Mosso d’Esquadra y un miembro de la seguridad privada, y a los entrenadores, Manolo González y Manuel Pellegrini. Se activó así el protocolo que llevó a lanzar por megafonía el siguiente aviso: “El partido no se reanudará hasta que cesen los incidentes”.

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En la celebración del gol de Antony se arrojaron tres mecheros.JOAN MONFORT

“Fueron arrojados tres mecheros”

Afortunadamente, el lance no pasó a mayores y pudieron disputarse los minutos restantes del encuentro sin nuevos sobresaltos. Pero sí puede alterar sensiblemente el futuro más próximo del Espanyol en su casa, donde hasta este domingo llevaba sin perder desde octubre, curiosamente ante el otro equipo sevillano de Primera.

El acta refleja que “en el minuto 90+2 y tras la consecución de un gol por parte del equipo visitante, fueron arrojados tres mecheros desde la portería ubicada a la izquierda del terreno de juego, según se sale desde vestuarios, sin llegar a impactar en ningún participante”. “El lanzamiento se produjo desde la grada ubicada detrás de la portería que ocupaba el portero visitante, donde se encontraban aficionados del equipo local, identificados por la indumentaria, emblemas y cánticos en favor de su equipo a lo largo del encuentro”.

Tal como explica Cuadra Fernández, “una vez se recogieron los mecheros, se inició el protocolo de lanzamientos”, descrito anteriormente. Y, “una vez realizada la comunicación por megafonía, se pudo reanudar el encuentro, sin ocasionarse más incidentes hasta el final del partido”.

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El lanzamiento de un vaso a Quintero González en el Espanyol-Villarreal del pasado septiembre.CAPTURA DE TELEVISION

El vaso al pecho de Quintero González

El precedente de la discordia se remonta al pasado 26 de septiembre, cuando al finalizar el Espanyol-Villarreal (1-2) el árbitro Alejandro Quintero González se dirigía hacia el túnel de vestuarios. Fue entonces cuando recibió en el pecho y “con fuerza”, según su redacción, el impacto de un vaso, afortunadamente sin consecuencias físicas y siendo el espectador localizado e identificado por la seguridad privada del club perico.

Decidió unos días después, concretamente el 2 de octubre, el Comité de Disciplina de la RFEF imponer al Espanyol una multa de 3.000 euros por infracción del artículo 107.2 del Codigo Disciplinario, esto es, por una alteración del orden del encuentro de carácter grave. A que la sanción fuera leve contribuyeron esa identificación del autor del lanzamiento, que el árbitro no resultara herido, que el club colaborara activamente y que los hechos se produjeran tras el partido, y por tanto no afectaran a su desarrollo.

El anterior derbi ya tuvo consecuencias

Sin embargo, esta multa contaba con letra pequeña, y esa no era otra que el apercibimiento de clausura del RCDE Stadium en caso de que se produjera una reincidencia a lo largo de la temporada 2024-25 con hechos similares. Y aquí es donde el relato regresa nuevamente al presente, es decir, a lo ocurrido este domingo en el minuto 92 del Espanyol-Betis.

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El Espanyol-Racing de Santander de la pasada campaña tuvo que jugarse sin público.
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Cabe recordar, y curiosamente también guarda relación con el derbi que está por venir, que el estadio perico ya sufrió una clausura total durante el primer partido de la temporada 2023-24, ante el Racing de Santander en Segunda División, como consecuencia de la invasión de campo que se había producido el 14 de mayo de 2023, cuando el Barcelona se proclamó campeón de Liga y empezó a celebrarlo sobre el césped del RCDE Stadium tras derrotar a los pericos, que se situaban muy cerca del descenso, por 2-4.

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