Cocca, despedido; Álvaro Rubio le sustituye
La mala imagen ofrecida contra el Sevilla se cobra el puesto del entrenador. El riojano se sentará en el banquillo contra el Athletic.


Hay situaciones que se vuelven insostenibles, y la imagen ofrecida por el Real Valladolid ante el Sevilla, con el José Zorrilla el estadio vaciándose bajo la lluvia y mientras el equipo era goleado, ha terminado siéndolo en las oficinas, donde este lunes se ha tomado la determinación de destituir a un superado Diego Cocca, que aunque rechazó la posibilidad de dimitir después de la derrota, ha terminado cayendo fruto de la virulencia del marcador y, sobre todo, de las paupérrimas sensaciones ofrecidas, sin alma, como dijo Anuar, y sin atisbo de reacción.
Muy posiblemente el entrenador argentino sea una víctima más de una planificación deficitaria en el plano deportivo, abandonado a su suerte por un presidente que se dedica antes a jugar al tenis o a decir cómo deben gobernar otros sus casas que a dirigir el club que todavía es de su propiedad, mal que le pueda pesar. Después de un mercado de fichajes impropio de alguien que está en la situación del Pucela, en el que han sido traspasados varios futbolistas con un nivel mayor que el que se le presupone a sus sustitutos, la bola ha seguido rodando cuesta abajo y sin frenos, hasta hundir al equipo en la última plaza, situándolo a ocho puntos de la permanencia.
Claro, que el propio Cocca tampoco ha mejorado mucho las cosas. Después de las derrotas en Girona y Ourense, en dos partidos en los que poco menos que culpó al empedrado por lo sucedido, hubo un único resultado positivo que llevarse a la boca, el triunfo ante el Real Betis por la mínima. Fuera de ese encuentro, algún tímido retazo ante el Espanyol y el Rayo Vallecano permitió hablar de ligera mejoría, aunque la inferioridad tan manifiesta del equipo costó sendas derrotas, como ante el Real Madrid, el Villarreal y el Sevilla. Al final, con tres puntos de 21, ni siquiera fue capaz de mejorar a Paulo Pezzolano, aunque se cacareara que se estaba trabajando mejor.
Al margen de cómo entrenara y jugase el uruguayo, o más recientemente el argentino (cuya experiencia era lustrosa en Latinoamérica, como recordó varias veces él mismo, pero inexistente en Europa), lo cierto es que los números son los de un desastre sin precedentes en la historia del club, que va de hito en hito, y todos negativos. Y lo que es peor: ni en el campo se han solucionado cuantos desajustes han provocado dos destituciones ni en los despachos han encontrado más responsables que los entrenadores. Y hay más. Quizá, felices. Seguro, desaparecidos. Culpables, desde la desidia, de que el plantel sea peor en febrero que en diciembre, y en diciembre que en septiembre, y en septiembre que en junio, tras el ascenso.
Cocca, que decidió no dimitir a pesar de la vergüenza que pasó ante el Sevilla, ya forma parte del pasado de un equipo “sin soluciones y sin alma”, como se encargó de reconocer Anuar. Le sustituye alguien a quien el vestuario conoce, y a quien ya quería tras el adiós a Pezzolano, Álvaro Rubio, a quien el club ha confirmado para el próximo partido. “Asumirá los mandos para preparar el duelo del domingo ante el Athletic Club”, indica la nota. Sin hablar del más allá. Sin confirmar si será él quien agote la temporada en Primera División o si volverá al Promesas, a una Segunda RFEF en la que lleva seis partidos sin ganar... Cosas del Real Valladolid de Ronaldo Nazário.
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