Camavinga se juega el crédito
El centrocampista, héroe en Vitoria, ve cómo el regreso de Ceballos le complica su sitio en el once. El francés juega menos que la temporada pasada.

Titular intermitente y héroe en Vitoria, la temporada está siendo una sucesión de dientes de sierra para Camavinga. Un día, en Mendizorroza, en la cúspide; el anterior, en Londres, expulsado. El de Cabinda, que esta temporada ha perdido un 30% de su valor de mercado (está tasado en 70M€ por Transfermarkt) mantiene al Madrid aferrado a la lucha por la Liga gracias a su zurdazo al Alavés. Un gol muy oportuno. Por su valor para el equipo y por lo que suponía para él particularmente, en un momento de inestabilidad en su papel en el equipo y cuando la competencia por un sitio en el centro del campo se recrudece con el regreso de un Ceballos que sí ha sabido ganarse la vitola de indispensable. Cada vez son menos las oportunidades para hacerse un sitio en el equipo. Y hay un sitio para la final de Copa en juego.
En el Bernabéu se vivirá un plebiscito tras el amargo adiós a Europa. Del veredicto está fuera Camavinga, ausente en el partido de vuelta tras haber sido expulsado en el Emirates. Pero estos cuatro partidos que quedan en el coliseo blanco servirán de evaluación para que el público soberano pondere la temporada de todo el equipo.
Una campaña, la cuarta de Camavinga (22 años) en el club, que debería haber sido la de su consolidación y en la que, en cambio, se ha mostrado irregular. En los últimos tres partidos que ha sido titular se ha visto al jugador pasado de revoluciones que, a su llegada, muchas veces tenía que ser sustituido en el descanso. No se ha librado de la tarjeta en ninguno de esos tres duelos. La vio ante la Real, acabó expulsado por doble amonestación en Londres y ante el Alavés tampoco esquivó la cartulina, ya en el 80’ posicionado como lateral izquierdo para dar un respiro a Fran García. De momento no hay riesgo: solo ha visto dos tarjetas en Liga.
Menos minutos
La presencia de Camavinga en el once de Ancelotti, cuando ha estado disponible, ha quedado muchas veces supeditada a las bajas del equipo. En el Emirates, sin ir más lejos, faltaba Tchouameni por lesión. Las lesiones le lastraron en la primera mitad de la temporada. No pudo arrancar el curso por un esguince en la víspera de la Supercopa de Europa y ha llegado a acumular tres veces de baja.
Con tales hándicaps, su participación en el equipo se ha resentido. Son 1.887 minutos repartidos en 33 partidos, menos que la campaña pasada. Solo el Mundial de Clubes le permitiría llegar a los 2.780 minutos y 46 encuentros de hace un año. Y son números muy lejanos sus registros de hace dos cursos. En la 22-23, cuando la opción de jugar en el lateral izquierdo fue recurrente, acabó con 3.551 minutos y 59 duelos.
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