Aprobados y suspensos de un Espanyol de sonrisas y lágrimas
Pere Milla cambió el rumbo de un partido que encarriló Puado tras una primera parte donde reinó la ansiedad


Joan. Salió a hombros de un estadio que debería llevar una puerta con su nombre. Algunos, con mucho menos, la tienen. Temporada (y partido) casi indescriptible de alguien que lo tiene todo para convertirse en uno de los mejores porteros de la historia. Su último servicio estuvo al nivel habitual. Vaya donde vaya el espanyolismo estará siempre a su lado.
Omar. Muy serio en defensa, fue al que menos se le notó la ansiedad. La llevó por dentro seguro, pocos sienten el escudo como Omar, pero le faltó aparecer más en ataque. Seguro atrás.
Calero. Quizás un poco ansioso cometió un par de errores que pudieron costarle caro al equipo. No estuvo mal, de hecho cumplió, y se dejó la piel como todos.
Cabrera. La veteranía es un grado y se nota especialmente en partidos como este. Fue el mejor defensa, el que menos errores cometió y el que más seguridad aportó. Un final de liga excelente, que tuvo su continuidad en la última fecha del campeonato.
Romero. A su favor hay que decir que no se escondió, sino todo lo contrario. Fue de los jugadores que más tocó el balón, se ofreció y se movió por dentro. Sin embargo, no tuvo la precisión necesaria para convertir en peligro sus subidas por la banda. Aún así, los mejores centros salieron de sus botas.
Urko. Nervioso como todos, fue el mejor del centro del campo del Espanyol. Atenazado al principio, más liberado cuando marcó Puado, acabó completamente exhausto. Pieza indispensable en la permanencia del Espanyol.
Pol. Entre sus problemas físicos y el nerviosismo que atravesó a todo el equipo jugó un mal partido. Fue sustituido al descanso, despoblando más el centro del campo y agudizando el gran problema del Espanyol en la primera parte: la circulación de balón.
Edu Expósito. Era el que más pausa tenía que poner, el que debía conducir el centro del campo del equipo y fue uno de los más nerviosos. Mal partido de Edu, que fue sustituido por Kral, también porque vio una amarilla en la primera parte.
Jofre. Partido muy muy flojo de Jofre, que no ofreció profundidad ni desborde, sus dos principales características. Evidentemente sintió la presión quizás más que otros compañeros, es de la casa y joven, pero eso no es excusa. No estuvo a la altura.
Puado. Fue el héroe del ascenso y también el de la permanencia. Bajó al centro del campo a imponer cierto criterio ante el mal concurso del centro del campo y, cuando tocó, fue decisivo. Todo el peso de una temporada recayó en sus botas y no erró el penalti. Tampoco un pase a Milla que cerró el partido.
Roberto. Batalló como el que más, de hecho en muchas ocasiones fue el único que presionó, pero no recibió ni un balón de cara a portería. Todas las tocó de espaldas, muchas bien, pero lógicamente limitó su capacidad de generar peligro.
Pere Milla. Su entrada al césped fue absolutamente clave. Le cambió la cara al equipo, jugó sin miedo y tiró de veteranía. Tampoco falló cuando le tocó matar el partido. Excelente.
Véliz. Peleó y generó el penalti que acabó por darle la permanencia al equipo.
Aguado. Buenos minutos, activo. Pudo marcar el tercero.
Sergi Gómez. Ayudó atrás.
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