ENTREVISTA

David Rodríguez, el vallisoletano que busca su sitio en Italia

El entrenador, que pasó por la cantera del Real Valladolid, dirige al equipo Primavera del Modena tras militar una temporada en el Milan.

David Rodríguez, entrenador del Modena Primavera.
FOTO_CORRADINI
Jesús Domínguez
Estudió Periodismo en la Universidad de Valladolid, comenzó en El Norte de Castilla en 2012 y hasta 2021 dirigió Blanquivioletas, donde se enamoró del fútbol de cantera. Lleva desde 2019 informando del Real Valladolid en AS, con especial cuidado a sus categorías inferiores.
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David Rodríguez (Valladolid, 1992) es un entrenador inquieto, más de lo que su verbo define. Con tono sosegado, habla de sus experiencias desde Italia, donde busca su sitio dirigiendo al equipo Primavera del Modena, un club al que llegó con el curso empezado y con el aval del desempeño en su etapa anterior en el Milan, donde ejerció, unos cuantos años después, como ayudante. Aunque sueña, por qué no, con volver algún día a casa, continúa su desarrollo en el país transalpino, donde en poco tiempo ha conseguido imprimir su impronta y su gusto por el fútbol alegre y ofensivo a un equipo que, desde su llegada, roza los 2,5 goles por partido.

¿Qué le llamó a seguir en Italia, después de su experiencia en el Milan?

Fue una consecuencia del éxito de esa primera etapa en un club histórico, con los registros que conseguimos a nivel colectivo, que fueron de récord. También, el hecho de ayudar a futbolistas a nivel individual como sco Camarda, como Jan-Carlo Simic o Álex Jiménez te hace conseguir un reconocimiento y la oportunidad de hacer camino en ese país. Cuando terminó la temporada, barajé distintas opciones, pero decidí esperar por un proyecto que me llenase. Tuve la ocasión de conocer el proyecto del Modena y a Alessandro Consolati, el secretario técnico, y un mes después la vida me trajo esta oportunidad.

¿Cómo está viviendo el volver a ser entrenador principal?

Yo siempre me he sentido primer entrenador, pero también me parece importante poder sumar desde otros roles de un cuerpo técnico y poder empatizar con ellos. La etapa en el Milan fue muy fructífera y nunca dejé de sentirme una pieza importante dentro de la formación de futbolistas y del rendimiento del equipo. Al final, todos somos parte de un grupo de trabajo.

¿Qué se ha encontrado en Modena? ¿Cómo es el club y cuáles son los objetivos que le plantearon al llegar?

Lo primero que me encontré, a nivel personal, fue el entusiasmo por querer trabajar conmigo. En un país como Italia, apostar por un entrenador joven y extranjero no es algo tan habitual, por lo que desde el primer momento me he sentido agradecido. El club está dirigido por una familia con gran experiencia en el desarrollo empresarial (Rivetti), con conocimiento y capacidad y con la ilusión de hacer algo importante en Italia. A nivel deportivo, el grupo de trabajo es bastante joven, comandado por Andrea Catellani, que es el director deportivo. Creen mucho en la juventud, en los procesos formativos y en la inversión a largo plazo y, como segundo equipo, lo que demandan es una mezcla entre rendimiento inmediato y formación, porque los futbolistas se encuentran en la última etapa previa al fútbol profesional.

Tanto la estructura como la categoría son distintas a las que conocía. ¿Cómo ha sido esta adaptación?

Al llegar, contaba con una idea previa de lo que estaban construyendo, aunque la calidad humana fue fundamental para aceptar ser parte del proyecto. Dado ese factor humano, la experiencia ha sido muy fácil, y la experiencia del año pasado hace que no sea algo nuevo del todo, porque en la Primavera 2 los jugadores son de la misma edad, hay buenos equipos buenas estructuras...

En España ha dirigido en las canteras de varios clubes profesionales, y en Italia, suma uno nuevo. ¿Qué similitudes y qué diferencias encuentra?

Las principales similitudes son la pasión y el sentimiento de los aficionados y las personas que trabajan en los clubes. La cultura y la historia futbolística es grande, aunque en lo táctico puede haber diferencias. A nivel metodológico, hay procedimientos distintos, como pasa con las identidades de club. Otra gran diferencia es la preparación táctica del partido, ya que quizá aquí reinaba mucho el pensamiento de no querer perder por encima del querer ganar, aunque en los últimos años se están viendo propuestas más ofensivas y alegres que le hacen bien al fútbol italiano.

¿Percibe el valor que se dice que se le da en el extranjero al técnico español?

En Italia no hay mucha historia de entrenadores españoles, pero sí existe ese valor; desde Luis Suárez hace tiempo a Rafa Benítez, Luis Enrique o, actualmente, Cesc Fàbregas. No obstante, detrás de cada entrenador hay un bagaje, una formación, una capacidad y una forma de ver el fútbol. Yo creo mucho más en la capacidad que en el hecho de ser de un lugar concreto o ser de una edad u otra. A mí, por ejemplo, esta experiencia me está enriqueciendo mucho a nivel táctico.

¿Y en casa? ¿Ve cabida en España a perfiles jóvenes como el suyo, de entrenadores que no han jugado?

Sí, porque, de hecho, hay perfiles así que están en el fútbol profesional, como Borja Jiménez, Diego Martínez, Carlos Corberán... La capacidad y los méritos capacitan a técnicos así, aunque el no haber sido futbolistas puede hacer que tengamos que recorrer un camino más largo. Yo he vivido todo tipo de experiencias; aunque tengo 32 años, llevo 13 entrenando, pero soy feliz haciendo esto: disfruto del camino, del día a día, trato de aprender de cada persona y de cada situación...

Una de las canteras por las que pasó fue la del Real Valladolid. ¿Sigue la actualidad del club?

Siempre lo hago. Yo he nacido y he vivido prácticamente toda la vida allí. Siento Valladolid como una parte de mí y me siento orgulloso de ser vallisoletano; por lo tanto, todo lo que le sucede a la ciudad o al club me afecta y me entristece. Verlo desde lejos y conversar con tantas personas del mundo del fútbol te hace ser cada vez más consciente de su historia, aunque ahora mismo estamos sufriendo mucho por ver al equipo así.

¿Cómo fue aquella estadía? ¿Sueña con volver en algún momento?

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Fue una etapa enriquecedora y tengo un gran recuerdo, tanto del Real Valladolid Internacional, que me permitió conocer a futbolistas de otros lugares y viajar a Sudamérica representando al club, hacer trabajo con otros entrenadores o hacer scouting para el club, como de la parte de rendimiento. Entré por una llamada de Cata, que actualmente es secretario técnico de Osasuna, y valoré siempre que me diera la oportunidad de formar parte de la estructura por mi capacidad profesional. Ojalá algún día pueda tener la oportunidad de entrenar al Real Valladolid; sería un sueño, pero para ello hay que seguir haciendo camino. Lo que sí que tengo claro es que, independientemente de la categoría donde lo cogiera, mi aspiración sería estar en el lugar en el que merece estar, que es la Primera División.

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