Italia

Nápoles sueña “sin números”

Conte no quiere ver banderas con el “4” del scudetto, una hazaña que llegaría si esta noche tumba al Cagliari. Mientras, la ciudad espera la fiesta...

Las calles de Nápoles están preparadas.
Mirko Calemme
Nació en Nápoles en 1988. Desde 2014 es corresponsal en Italia de AS, para el que cubre la información de la Serie A, de la Nazionale, de los equipos italianos en las competiciones UEFA y del mercado de fichajes internacional. También fue actor y trabajó en una película con Pierce Brosnan. En serio.
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Fuego bajo la ceniza. Nada raro para un pueblo acostumbrado a vivir bajo la mirada imponente del Vesubio y los temblores de otro volcán, los Campos Flégreos, invisible y aún más inquietante. Así viven los napolitanos, y la espera por el posible cuarto scudetto, el segundo sin Maradona, los consume. Antonio Conte ha emitido su “decreto” tras el empate de Parma: “Mantengamos la concentración, nada de banderas con números inventados por ahí”. La mayoría ha seguido su consejo, aunque algún “4” tricolor ya ha aparecido en la ciudad, que se prepara para una eventual fiesta más improvisada y explosiva que la de hace dos años.

La cabalgata de Spalletti fue una obra de arte futbolística vivida casi sin rivales, con la magia de Kvaratskhelia y la potencia de Osimhen marcando el ritmo de cada victoria, con el título asegurado con cinco jornadas de antelación. El recorrido de este Nápoles ha sido completamente distinto. Conte tomó las riendas de un equipo que cerró la temporada pasada en décimo lugar y, antes que nada, le devolvió solidez y orgullo. Tras un arranque traumático (un 0-3 en Verona), su Nápoles encontró continuidad y resultados. Fue líder durante 20 de las 37 jornadas (más del doble que el Inter, que lideró nueve) y resistió incluso tras la salida de Kvaratskhelia en enero, que dejó aún más evidente la falta de calidad ofensiva.

Okafor, su sustituto, apenas tuvo minutos, pero el equipo encontró en los goles de McTominay, Raspadori y Lukaku, y sobre todo en su solidez defensiva (apenas 27 goles encajados), las herramientas para mantenerse en lo más alto.

Conte hizo de la emergencia rutina, y llega a la cita final con una ocasión legendaria: si vence a un Cagliari ya salvado en un Maradona a reventar, será campeón. Y en la ciudad se respira aire de noche inolvidable.

Habrá pantallas gigantes en varias plazas, metro abierto 24 horas y una marea de colores que comenzaría esta noche con la entrega del trofeo y seguiría, al menos, hasta el lunes, día previsto para el recorrido en autobús que hace dos años no pudo celebrarse.

Conte recordó que “el trabajo no está terminado”, como hizo Kobe Bryant en 2009, y tiene razón: hay que ganarle al Cagliari, sí o sí. Lo tienen claro los tifosi, que ayer se presentaron con cientos de motos, bocinazos, bengalas y petardos para que el equipo de Nicola - cuya única motivación es regalarle una alegría a su afición - no pudiera dormir tranquilo.

Las imágenes, ya virales, son solo un pequeño adelanto de lo que podría ocurrir a partir de mañana. Cuando, como afirmó Conte, si todo sale bien, “habrá que celebrar como Dios manda”.

NÁPOLES: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Olivera, Spinazzola; Politano, Anguissa, Gilmour, McTominay; Raspadori, Lukaku. Entrenador: Antonio Conte.

CAGLIARI: Sherri; Zappa, Mina, Luperto; Zortea, Makoumbou, Adopo, Deiola, Augello; Viola, Piccoli. Entrenador: Davide Nicola.

ÁRBITRO: Federico La Penna.

ESTADIO: Diego Armando Maradona, Nápoles.

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HORA: 20:45

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